El secretario de Defensa, Robert Gates, expresó certidumbre en las posibilidades de éxito del planeado incremento de tropas en Irak y se dijo esperanzado en que podrá iniciar este año el retiro de las fuerzas estadounidenses, pero aceptó que considera las alternativas de un fracaso de ese "empujón".
Al testificar ante el Comité de las Fuerzas Armadas del Senado, Gates aseguró que "en este momento hacemos planes por el éxito", y declinó hacer predicciones sobre el tiempo que las tropas estadounidenses permanecerán en Irak, pero aseguró que su salida podría comenzar tan pronto como este año si el plan para tranquilizar Bagdad tiene éxito y el gobierno iraquí asume sus responsabilidades. Pero mientras Gates afirmaba que el envío de 21 mil 500 nuevos elementos a Irak no sería "la última oportunidad" para controlar el conflicto, dijo que "sería irresponsable" si no previese otras alternativas. Gates afirmó además que el gobierno estadounidense podría decidir suspender el despliegue de algunas de esas tropas si las autoridades iraquíes no cumplieran sus compromisos para con el plan de seguridad en Bagdad.
Entre tanto, la mayoría demócrata en la Cámara Baja anunció que para la próxima semana realizará el debate y votación sobre una resolución contra el envío de nuevas tropas a Irak. La medida estaría inspirada en la propuesta de resolución que maniobras de la minoría republicana lograron frustrar al menos temporalmente la noche del lunes en el Senado. Paralelamente, como señal de la tensión en las relaciones entre el Poder Ejecutivo y la nueva mayoría parlamentaria, el Comité de Supervisión Gubernamental de la Cámara de Diputados inició una serie de audiencias sobre la actuación de la Autoridad Provisional de Ocupación que gobernó Irak por algo más de un año después de la derrota del régimen de Saddam Hussein. Paul Bremer, quien fue el gobernador de Irak, debió responder a preguntas sobre las acciones que según la mayoría demócrata llevaron al "extravío" o gasto "sin ton ni son" de más de 8 mil millones de dólares. Henry Waxmanm, presidente del comité, afirmó que las autoridades de ocupación se hicieron enviar lo que describió como "363 toneladas" de billetes que pudieron haber caído en manos "enemigas". Bremer rechazó la acusación y recordó que su encargo era tratar de poner en marcha un país sin gobierno. Pero fue a su vez señalado como responsable de medidas como el despido de todos los funcionarios gubernamentales que pertenecían al partido Baath (de gobierno) y la disolución de las Fuerzas Armadas iraquíes.
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