martes, febrero 27, 2007

La tensión con Irán provoca un fuerte encarecimiento de las materias primas

De nuevo, crisis en Oriente Próximo. El Gobierno de Irán ha hecho caso omiso de las presiones de la comunidad internacional paran que detenga su programa de enriquecimiento de uranio, que bien puede convertirle en una potencia nuclear en una región que ya es un polvorín político. El consejo de seguridad de las Naciones Unidas debate ahora qué sanciones imponer al díscolo régimen iraní. Washington es partidario de la línea dura. La tensión se ha traducido en un renovado ímpetu para las materias primas. El barril de Brent cerró ayer a 61,33 dólares; la subida es del 18,6% en sólo cinco semanas.

Una coyuntura que no ha sido un hecho aislado en la industria de materias primas. Así, desde los mínimos de comienzos de enero, el níquel se ha encarecido un 36,2%; el plomo, un 24,5%; el cobre, un 17,7%; el zinc, un 16,9% y el aluminio, un 10,8%. El oro, una inversión clásica en tiempos de incertidumbre, gana un 12,9% y cotiza en máximos de 10 meses.






Los expertos ven poco probable un escenario de caos total en el mercado del petróleo, pero advierten que lo que se espera para el año es más tensión en la cotización del barril. 'Las posibilidades de una interrupción del suministro del crudo procedente de Oriente Próximo son prácticamente nulas, estas economías dependen demasiado de los flujos de los petrodólares', afirma Fabrizio Quirighetti, analista de Banque Syz. 'Realmente Irán no está en situación de jugar la carta del bloqueo. Cortar el abastecimiento y elevar los precios aceleraría en el resto del mundo el proceso de reducir la dependencia del petróleo, como ya sucedió tras la crisis de los años setenta y ochenta', explica el analista de Banque Syz. Efectivamente, a estos años de récord histórico, les siguió una década de los noventa en el que el precio se desplomó y promedió unos 18 dólares por barril, frente a los 61 a los que se vendía ayer en Londres.
'El aumento del precio del petróleo es una cuestión que va mucho más allá de Irán, es una cuestión de presión sobre la oferta por parte de la OPEP', advierte Larry Goldstein, de la fundación Energy Policy Research. 'La OPEP ha hecho un acuerdo para retirar del mercado 1,7 millones de barriles diarios, basta con que se cumpla un 50% o un 70% de ese acuerdo para que se note en el mercado y, dado que el último acuerdo entró en vigor el 1 de febrero, será en los próximos dos meses cuando el impacto llegue con toda su intensidad al mercado', vaticina Goldstein. La presión sobre el precio del barril parece garantizada para los próximos meses.La clave. El papel determinante de la materia prima
Tras la revolución islámica que derrocó al régimen del Sha en 1979 y la inmediatamente posterior guerra contra Irak, Irán fue incapaz de recuperar su antiguo ritmo de producción de crudo. En la década los setenta, su promedio era de seis millones de barriles diarios, en enero han alcanzado los 3,9 millones. Irán busca con ahínco atraer inversiones extranjeras para cumplir con su objetivo de alcanzar una cota de producción de cinco millones en 2008.

La mayoría de los pozos existentes en el país llevan explotándose desde hace décadas y sufren un descenso anual de entre el 8% y el 10%. La paradoja del cuarto productor y exportador mundial de petróleo es que es deficitario en destilados, que importa a diario.

Dependencia.
Irán aspira a ser la gran potencia de Oriente Medio. Uno de los inconvenientes es su fragilidad económica: el crudo constituye el 80% de las exportaciones y su venta representa entre un 40% y un 50% de los ingresos públicos. Un halcón dentro de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo). Irán y Venezuela han sido los principales promotores de los dos últimos recortes de producción aprobados por el cartel en Doha (Noviembre de 2006) y en Abuja, Nigeria (enero de 2007).


Fuente: Diario Económico Cinco Días de España

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