En la mayor apuesta de la llamada "diplomacia de los petrodólares" para expandir su influencia en América latina, el presidente venezolano, Hugo Chávez, ofreció cubrir todas las necesidades energéticas de Cuba, Bolivia, Nicaragua y Haití, y financiar el 50 por ciento de sus ventas de crudo a esos países. Lo hizo anteanoche, en la ciudad venezolana de Barquisimeto, al abrir la V Cumbre de la Alternativa Bolivariana de las Américas (ALBA), el bloque creado por Chávez y el presidente cubano, Fidel Castro, para contrarrestar el plan de Estados Unidos de crear un Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Castro, alejado del gobierno cubano desde julio pasado, fue el gran ausente de la cumbre, aunque Chávez afirmó que su aliado seguía al mando del bloque. "El está al mando, el gran timonel del ALBA es Fidel", dijo Chávez, que se refirió al buen estado mental y físico de Castro (ver aparte). Desde su creación, en 2004, el ALBA se convirtió en un símbolo de la "diplomacia de los petrodólares" de Chávez, por la cual el mandatario usa millones de dólares que ingresan en Venezuela por la venta de crudo para asistir a las naciones más pobres de América latina y, de esta forma, reducir la influencia de Washington, su declarado enemigo. Venezuela es el principal productor de hidrocarburos de América del Sur y el quinto entre los mayores exportadores mundiales de petróleo. Su principal cliente es justamente Estados Unidos, país al que vende 1,5 millones de barriles de crudo por día.
Daniel Ortega,Carlos Lage, Hugo Chávez y Evo Moralesposan para la foto oficial de la cumbre del ALBA en Barquisimeto
Foto: Reuters
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