De los dos meses que le quedan para hacer campaña, Cristina Kirchner eligió pasar uno casi por completo fuera del país. Tal como inició el año con un viaje a Francia con el objetivo de instalar internacionalmente su candidatura presidencial, cuando todavía se murmuraba su nombre pero no estaba oficializado, la primera dama y senadora hará lo mismo para cerrar su campaña puertas afuera. En septiembre la esperan cinco destinos clave: Alemania, Austria, Estados Unidos, Chile, y posiblemente, también Brasil. En octubre, sí, se quedará en el país para recorrerlo antes de las elecciones.
En la primera escala de sus viajes estará en Berlín, adonde llegará como parte de una visita de tres días que también incluye Viena. Por ambas ciudades estará entre el 9 y el 12 del mes próximo con una cargada agenda. Un ministro que comparte la intimidad del poder dijo a LA NACION que el viaje procura "afianzar las relaciones con los mayores inversores alemanes". El principal compromiso de la candidata, que este año asumió un rol protagónico en la política exterior del país (también viajó a España, Suiza y México) será una reunión con la canciller alemana Angela Merkel. Pero no toda la visita por tierra germana será en un marco meramente político. Cristina Kirchner tendrá la oportunidad de seducir al empresariado alemán con una disertación en un seminario organizado por la Cámara Empresaria Argentino-Alemana. La agenda de la primera dama incluirá como otro de los puntos de su estadía una visita a la socialdemócrata Fundación Ebert y recorrerá una fábrica de Volkswagen y otra de Siemens. Este viaje a Alemania es clave para el gobierno de Néstor Kirchner justamente por su relación con esta última empresa, con quien el Presidente mantiene una muy buena relación. De hecho, la multinacional alemana fabricó dos turbinas eléctricas que ya llegaron a la Argentina para ampliar la generación de energía, una situación urgente para la Casa Rosada. Pero el país también mantiene un litigio internacional con Siemens que ya le deparó un fallo adverso. El Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi), el tribunal arbitral que depende del Banco Mundial, obligó a la Argentina a resarcir a la empresa alemana con US$ 208 millones. La medida fue apelada, y la Casa Rosada aún espera que la compañía desista del juicio, tal como lo anticipó el ministro de Planificación, Julio De Vido, en su anterior visita, en enero pasado. El juicio comenzó por un planteo de la multinacional después de la rescisión del contrato para confeccionar DNI que ordenó el gobierno de Fernando de la Rúa en 2001 por sospechas de sobreprecios, y que había sido firmado durante la administración de Carlos Menem.
La segunda escala de la visita europea de Cristina Kirchner será Austria, donde la esperará su presidente, Heinz Fischer, en el Palacio Imperial Hofburg, la sede gubernamental. En Viena, además, la primera dama participará de reuniones con autoridades parlamentarias. Destino compartido El segundo gran destino internacional para el Gobierno será compartido: a Nueva York viajará el matrimonio presidencial con motivo de la 62 asamblea anual de las Naciones Unidas. Pero la Casa Rosada se preocupó de que la candidata del oficialismo tuviera su agenda propia y fuera lo más destacada posible. Allí llegará el 23 del mes próximo, y aún no se conoce si habrá para ella algún encuentro con funcionarios del gobierno. Pero lo que sí está organizado en su participación como oradora ante los más altos empresarios de Estados Unidos en el Consejo de las Américas. El papel protagónico de la primera dama la llevará también a recibir una distinción de la Universidad de Nueva York por la política de derechos humanos del gobierno argentino, escenario que compartirá con el juez español Baltasar Garzón. A pesar de que será un viaje pensado en función de la candidatura de su esposa, el Presidente no podrá obviar su participación con el discurso anual ante la ONU. Pero, además, en la Casa Rosada confirmaron a LA NACION la disertación de Kirchner en el foro que organiza anualmente el ex presidente Bill Clinton. No se descarta, claro, un encuentro de ambos matrimonios, cuyas mujeres están inmersas en las próximas disputas electorales de los dos países.
A su regreso, a la primera dama la esperará la presidenta de Chile, Michelle Bachelet. La fecha del encuentro aún no está confirmada, pero fuentes oficiales informaron que será en los últimos días de septiembre. También está pendiente de respuesta una invitación del gobierno brasileño de Luiz Inacio Lula da Silva sólo para la candidata. Ese viaje todavía está por verse: la campaña nacional también marca sus urgencias.
Fuente: Diario La Nación de Buenos Aires
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