El ex dictador panameño Manuel Noriega, que deberá ser puesto en libertad de una prisión federal el mes próximo, será extraditado a Francia dentro de poco. Un juez de Miami determinó ayer que Noriega puede enfrentarse a acusaciones de lavado de dinero en ese país a pesar de su estatus de prisionero de guerra. Su extradición cerraría un capítulo en la historia de Estados Unidos que comenzó en 1989 con la polémica decisión del presidente George H.W. Bush de invadir Panamá para atrapar a Noriega. Noriega fue hallado culpable de aceptar millones de dólares de los carteles colombianos de la droga al tiempo que convertía a su país en una base de narcóticos para la cocaína que luego se enviaba a EEUU. En la sala del tribunal, el ex hombre fuerte de Panamá sólo murmuró su edad al magistrado William Turnoff, quien dijo que firmará la orden hoy que permitirá la extradición de Noriega a Francia.
El Departamento de Estado autorizará su traslado, que se cree será luego que salga el próximo 9 de septiembre de una prisión federal en el suroeste del Condado Miami-Dade. Noriega, que saldrá en libertad después de 18 años de cárcel debido a un parole automático y buena conducta, buscaba regresar a Panamá, donde es buscado por acusaciones aun más graves, entre ellas asesinato. En Francia, podría cumplir hasta 10 años más de prisión por cargos relacionados con su condena en 1992 en Miami por narcotráfico. En una inteligente maniobra legal, los abogados de Noriega querían utilizar su estatus como prisionero de guerra --que se garantizó en 1992 tras su sentencia-- con el fin de detener los trámites para extraditarlo a Francia.
Pero el intento fracasó. Los abogados de Noriega Frank Rubino y Jon May argumentaron tanto dentro como afuera de la corte de Turnoff que el estatus de prisionero político de Noriega bajo la Convención de Ginebra prohibía su extradición a Francia. Turnoff, sin embargo, mencionó la decisión de la semana pasada del juez de distrito William Hoeveler donde le negaba a Noriega la solicitud de hábeas corpus. Hoeveler dijo que no había ninguna cláusula en la Convención de Ginebra ni en el tratado de extradición entre EEUU y Francia que obstaculizara el traslado. ''La corte coincide con el juez Hoeveler y adopta la decisión del juez Hoeveler'', expresó Turnoff. Hoeveler, que también presidió el juicio original a Noriega en 1992, fue quien le otorgó la condición de prisionero de guerra.
Fuente: Diario El Nuevo Herald de Miami
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