El paro cívico que se realizó ayer en seis departamentos reveló la existencia de una marcada división en el país, en la que grupos de ciudadanos afines a sus movimientos cívicos se movilizaron por demostrar la contundencia de la medida y otros, cercanos al Gobierno, se esforzaron en mostrar que hubo normalidad. La medida fue convocada por los movimientos cívicos de Santa Cruz, Chuquisaca, Tarija, Beni, Pando y Cochabamba, tras la decisión del oficialismo de anular del debate constituyente el traslado de la sede de los poderes a Sucre e iniciar en el Congreso un juicio a cuatro magistrados del Tribunal Constitucional.
Después de la conclusión de la jornada de paro, el ministro de Gobierno, Alfredo Rada, hizo una evaluación oficial en el Palacio de Gobierno y concluyó que la medida fue parcial en todas las regiones, pese a que sus promotores recurrieron a la fuerza para que la acción tenga éxito. “Fue un paro forzado, obligado y tuvo que utilizar la violencia”. Los cívicos, en cambio, defendieron el éxito de su movilización y anunciaron un nuevo encuentro para este jueves, en el que no descartaron asumir otras medidas contra el Gobierno. Esta división se reflejó en los seis departamentos, donde grupos organizados por los movimientos cívicos se movilizaron desde las primeras horas de la mañana para organizar bloqueos y patrullajes que garanticen el éxito de la medida, mientras sectores progubernamentales se enfrentaron a ellos para demostrar que había normalidad. Al final, sólo quedó reflejada la división.
Según Rada, el mayor nivel de acatamiento de la medida se registró en Chuquisaca y el menor en Cochabamba, donde en su criterio los cívicos “fracasaron”. ´Este es un paro signado por la violencia. Se lo presentó como una movilización cohesionada, uniforme, consistente de seis departamentos, pero los datos que presentamos indican que esa figura en la realidad no existe, lo que se está viendo es un grado de acatamiento parcial en todos los casos´, afirmó la autoridad.
La evaluación de los cívicos fue completamente distinta. “No sigamos con esta espiral de cinismo, de mentira que realmente nos está llevando a un abismo. En todo caso, son muchas las voces y la mayoría de los bolivianos vamos a pelear por estos principios´, declaró el prefecto de Santa Cruz, Rubén Costas, al evaluar la medida, que en su criterio “fue un completo éxito”. Admitió que hubo violencia, aunque insinuó que pudo ser provocada por infiltrados del Gobierno. ´De ninguna manera justificar algunas situaciones anómalas que suceden en estos movimientos. Habrá que preguntarse si el Gobierno también habrá usado algunas personas para que se infiltren´, señaló.
El gerente del comité, Jorge Balcázar, expresó que ´hubo una provocación en caravana por parte de los seguidores del partido de gobierno, y consecuentemente hubieron personas que resultaron heridas, además se registraron pérdidas materiales´.
De esta manera explicó los actos de violencia provocados por miembros de la Unión Juvenil Cruceñista, en su intento de obligar a que la población cumpla con el paro de los cívicos. En esta capital, instituciones como el INRA y la Dirección de Trabajo desarrollaron sus actividades con normalidad, como ocurrió con el comercio, los servicios y el transporte en el Plan 3.000 y en Villa Primero de Mayo. En Cochabamba, surgió una contra movilización al paro, organizada por universitarios y campesinos que se movilizaron para desbloquear las calles.
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