miércoles, agosto 01, 2007

Otra ola de cubanos escapa a EE.UU.

Un año después de la salida de Fidel Castro del poder, y tras una tregua de varios meses, durante los cuales los cubanos mantuvieron la esperanza de que se produjeran cambios en el país, cientos de ellos se están subiendo nuevamente a precarias embarcaciones para intentar llegar a Estados Unidos, en un periplo que incluye cada vez más un desvío por México. En los últimos 10 meses llegaron a la costa norteamericana 2819 cubanos, comparados con los 3076 que arribaron en todo el año fiscal 2006. Además, se espera que el número de emigrantes interceptados en el mar supere este año la cifra de 2006, que fue de 2810. Pero el verdadero boom en el flujo de migrantes se está dando en las fronteras terrestres de Estados Unidos. En lo que va de este año fiscal (que comenzó en octubre), 9296 cubanos entraron en Estados Unidos por vías terrestres, comparados con los 8677 que ingresaron en todo el año fiscal 2006 y los 7281 que lo hicieron el año anterior. Funcionarios norteamericanos dicen que el 89 por ciento de los cubanos que emigran ilegalmente de la isla están entrando por tierra, en lugar de hacerlo por mar. De esta forma, evitan ser interceptados por la Guardia Costera de Estados Unidos, que tiene la orden de repatriarlos a Cuba. En efecto, bajo la llamada política de "pies secos, pies mojados", Estados Unidos permite quedarse en el país sólo a los cubanos que llegan a tierra, pero envía de vuelta a la isla a los que son interceptados en el mar. Por esa misma ley, los cubanos pueden presentarse en cualquier punto de la frontera terrestre de Estados Unidos y automáticamente son autorizados a ingresar en el país, en calidad de refugiados políticos. Las cifras de las autoridades norteamericanas indican que el número de cubanos que escapan de la isla disminuyó tras el alejamiento de Fidel Castro del poder, el 31 de julio de 2006. Eso se debió al incremento de la seguridad en las costas de Estados Unidos, pero también a que muchos potenciales emigrantes decidieron esperar y ver si las cosas cambiaban con Raúl Castro en el gobierno. Cuando vieron que eso no ocurría, volvieron a buscar la forma de escapar del país por cualquier vía. "Antes había esperanza en el cambio. Ahora ya no, y mucha gente se está subiendo a los botes", dijo Pichi, un cubano que sobrevive con trabajos temporarios y que no ve futuro en la isla. "Desde junio se fueron 15 personas de mi barrio", contó. El creciente descontento de los cubanos se hizo patente en los últimos Juegos Panamericanos de Río de Janeiro, cuando cuatro miembros de la delegación de la isla desertaron públicamente, para amargura de las autoridades comunistas. La mayoría de los emigrantes de la isla está escapando a través del Golfo de México en lanchas en las que cruzan los 220 kilómetros que separan a la isla de la península de Yucatán. Algunos van a las islas Caimán y desde ahí, a América Central. Una vez en México, viajan hasta la frontera con Estados Unidos por conocidas rutas para migrantes. Desde mayo pasado, la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos registró un número creciente de cubanos intentando ingresar por la frontera entre México y Estados Unidos. "No hay dudas de que hay un incremento", dijo Jennifer Connors, vocera de la Aduana y de la Protección Fronteriza de Estados Unidos.
Washington tiene un plan de contingencia para una migración en masa a través del estrecho de Florida, dijo la vocera, pero ahora está armando planes similares para la frontera terrestre. También la Guardia Costera de Estados Unidos está interceptando cada vez a más cubanos en el estrecho de Florida. Los emigrantes aprovechan las aguas calmas del verano para llegar a la costa norteamericana, ubicada a 150 kilómetros de la isla, a bordo de precarias embarcaciones, desde botes hasta balsas armadas con cubiertas atadas, lo que convierte al periplo en un peligroso viaje, en el que ya perdieron la vida cientos de personas.

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