Colombia: incertidumbre por los rehenes

Mientras el presidente venezolano, Hugo Chávez, regresaba ayer a Caracas para ultimar los detalles de la entrega de los tres rehenes anunciada días atrás por las Fuerzas Armadas Revolucionaras Colombianas (FARC), tanto en Venezuela como en Colombia crecía la incertidumbre sobre la fecha y el lugar exactos en que tendrá lugar la liberación. Antes de regresar a Caracas, Chávez afirmó en la localidad cubana de Cienfuegos que ya tenía "elaborada alguna fórmula para recibir" a Clara Rojas (compañera de fórmula de Ingrid Betancourt), a su hijo Emmanuel y a la ex congresista Consuelo González, pero advirtió que será una "operación delicada". La guerrilla de las FARC anunció el martes la liberación de estos tres rehenes y desde entonces las especulaciones sobre la entrega han crecido cada día. Chávez enfatizó que la entrega de los rehenes será "una operación delicada, porque hay en Colombia grupos, algunos cercanos al gobierno o del propio gobierno", de los cuales dijo estar "seguro que van a tratar de evitar la liberación exitosa". "Lo lograremos con mucha fe", agregó Chávez, que reiteró que luego tratará "de liberar al resto" de los rehenes de las FARC "y de avanzar hacia un proceso de paz". "Pero claro, poco podemos hacer, eso depende de la voluntad, y en Colombia, sobre todo del lado del gobierno, no hay voluntad", agregó el mandatario, en un nuevo ataque a su par colombiano, Alvaro Uribe, que puso fin el 21 de noviembre a la mediación que desde mediados de agosto desarrollaban Chávez y la senadora colombiana opositora Piedad Córdoba.

El gobierno colombiano rechazó anoche los dichos de Chávez, y a través de su ministro del Interior, Carlos Holguín, sostuvo que la entrega se estaba demorando "porque sin duda las FARC quieren hacer un show". El funcionario añadió que esperaba que la liberación ocurriera "lo más pronto posible" y que no había por parte del gobierno de Uribe "ningún afán por interferir en ello". Las FARC señalaron que la liberación de los tres rehenes es un acto de "desagravio" a Chávez, por la suspensión de su mediación para el canje de 45 rehenes, entre ellos la ex candidata presidencial colombiana-francesa Ingrid Betancourt, por unos 500 guerrilleros presos.

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