miércoles, diciembre 19, 2007

Para EE.UU. será un desafío rearmar la relación bilateral

Del otro lado de la línea se oye un suspiro. "Será un desafío." Quien habla es una fuente norteamericana involucrada en las complejísimas relaciones bilaterales que hoy unen -pero sobre todo separan- a la Argentina y a Estados Unidos. LA NACION acababa de preguntarle: "¿Será posible restablecer con la Casa Rosada una relación como la que al menos había?". La reacción desde Buenos Aires fue la "equivocada", sostiene, porque ni el Departamento de Estado ni mucho menos la Casa Blanca sabían lo que se venía. Por el contrario, los secretarios de Estado, Condoleezza Rice, y de Comercio, Carlos Gutiérrez, al igual que el subsecretario de Estado para las Américas, Tom Shannon, apostaban a una relación más "fluida" con la gestión de Cristina Fernández de Kirchner. "Shannon está muy amargado.
Al Departamento de Estado le avisaron muy poco antes de que se desencadenara todo" desde el Departamento de Justicia, dice una segunda fuente involucrada en las relaciones bilaterales. Entre ambos departamentos existe una tensión que lleva décadas. Los diplomáticos creen que los fiscales avanzan con torpeza de elefantes, y éstos, que aquéllos son pusilánimes o, peor, capaces de negociar con quien sea, cuenta una segunda fuente norteamericana que trabajó en tres puestos muy altos en la administración Bush y acude al pasado para explicarlo: "Ha ocurrido que al ser notificado de algo que se venía el Departamento de Estado se presentó ante la justicia y pidió «sellar» una investigación por razones de seguridad nacional cuando en realidad se trataba de preservar la relación con otro gobierno". Eso poco y nada, dice, les importa a los fiscales federales.
Desde Estados Unidos también insisten en que el Gobierno equivocó la respuesta. Argumentan que esta investigación se centra en el presunto mal hacer de los venezolanos que actuarían en nombre del gobierno de Hugo Chávez sin registrarse en este país. Y que "golpea" de rebote a la Argentina. Washington lo demuestra de manera contundente. Cada día, los voceros de la Casa Blanca y del Departamento de Estado ofrecen conferencias de prensa a agenda abierta. Hasta ahora, ningún vocero presidencial dijo algo sobre el escándalo que sacude a Buenos Aires y a Caracas. Sólo una vez lo hizo el jefe de la vocería diplomática, Sean McCormack, para insistir en lo que llaman "la línea policial".

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