La negociación entre el gobierno de Cristina Kirchner y las entidades del campo fue comandada por el jefe del Gabinete, Alberto Fernández, desde la Casa Rosada, pero quienes actuaron como "facilitadores del diálogo" fueron, en los días previos, los gobernadores de Córdoba, Juan Schiaretti, y de Buenos Aires, Daniel Scioli. Las negociaciones entre Fernández y el campo terminaron con los dirigentes ruralistas disconformes mientras los cortes de ruta se reanudaban.
Desde la Casa Rosada, según pudo saber LA NACION, en las últimas horas se meneó la posibilidad de enviar a la Gendarmería a las rutas y producir las detenciones, al tiempo que se evaluaba aplicar la ley de abastecimiento.
Les correspondió a los gobernadores Schiaretti y Scioli, principalmente, la tarea de abrir la puerta a la negociación y recomponer el diálogo cortado entre los ruralistas y Fernández. Desde el martes comenzaron a hablar a toda hora con las cuatro entidades del agro: Luciano Miguens y Hugo Biolcatti, de la Sociedad Rural (SRA); Mario Llambías y Néstor Roulet, de Confederaciones Rurales (CRA); Fernando Gioino, de Coninagro, y Eduardo Buzzi, de la Federación Agraria (FAA).
Otros gobernadores también suavizaron la rispidez: Hermes Binner, de Santa Fe, desde la oposición, y los mandatarios oficialistas de Entre Ríos, Sergio Urribarri, de Chaco, Jorge Capitanich, de Salta, Juan Manuel Urtubey, y el radical K de Santiago del Estero, Gerardo Zamora. "No hay negociaciones, desmientan todo", les dijeron a los gobernadores los operadores oficiales. Cristina Kirchner no quería que el Gobierno apareciera cediendo ante el campo.
La estrategia del Gobierno era fracturar el frente rural: dividir a los pequeños de los medianos; seducir a la SRA y a Coninagro, mientras que la FAA y CRA parecían más duras.
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Desde la Casa Rosada, según pudo saber LA NACION, en las últimas horas se meneó la posibilidad de enviar a la Gendarmería a las rutas y producir las detenciones, al tiempo que se evaluaba aplicar la ley de abastecimiento.
Les correspondió a los gobernadores Schiaretti y Scioli, principalmente, la tarea de abrir la puerta a la negociación y recomponer el diálogo cortado entre los ruralistas y Fernández. Desde el martes comenzaron a hablar a toda hora con las cuatro entidades del agro: Luciano Miguens y Hugo Biolcatti, de la Sociedad Rural (SRA); Mario Llambías y Néstor Roulet, de Confederaciones Rurales (CRA); Fernando Gioino, de Coninagro, y Eduardo Buzzi, de la Federación Agraria (FAA).
Otros gobernadores también suavizaron la rispidez: Hermes Binner, de Santa Fe, desde la oposición, y los mandatarios oficialistas de Entre Ríos, Sergio Urribarri, de Chaco, Jorge Capitanich, de Salta, Juan Manuel Urtubey, y el radical K de Santiago del Estero, Gerardo Zamora. "No hay negociaciones, desmientan todo", les dijeron a los gobernadores los operadores oficiales. Cristina Kirchner no quería que el Gobierno apareciera cediendo ante el campo.
La estrategia del Gobierno era fracturar el frente rural: dividir a los pequeños de los medianos; seducir a la SRA y a Coninagro, mientras que la FAA y CRA parecían más duras.
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