El tradicional desfile militar en los Campos Elíseos con motivo de la fiesta nacional de Francia, el 14 de julio, día de la toma de la Bastilla, tiene hoy un tono especial, marcado por la presencia de decenas de jefes de Estado y de Gobierno, los que ayer estuvieron presentes en el lanzamiento del Proceso de Barcelona: Unión por el Mediterráneo, la iniciativa del presidente francés, Nicolas Sarkozy, para estrechar lazos entre ambas orillas mediterráneas. Entre ellos destaca la estrella de la cumbre de ayer, el presidente sirio, Bachar el Asad, que ayer se sentó por vez primera a la misma mesa que el primer ministro israelí. La parada militar destaca también por la presencia de cascos azules de varios países desplegados en Líbano y Chipre.
Unos 150 soldados de Naciones Unidades de 24 nacionalidades, entre ellos españoles, argentinos y un guatemalteco, que sirven en alguna de estas tres operaciones de la ONU en el Mediterráneo y más de un centenar de militares franceses que acaban de regresar del Líbano han abierto la parada.
Sarkozy quiso ayer escenificar el éxito diplomático de la cumbre euromediterránea: sentó a la misma mesa, aunque no hablaran directamente, a los líderes israelí y sirio, y, además, logró reforzar el Proceso de Barcelona con una iniciativa suya, aunque tuviera finalmente que insertarla en el marco de la UE. Por ello, invitó a los jefes de Estado y Gobierno que participaron en la cumbre a presenciar el desfile del 14 de julio, día de la Fiesta Nacional Francesa. Los líderes de Argelia, Túnez, Bélgica, Luxemburgo, Eslovaquia y República Checa fueron los únicos que declinaron la oferta.
Ha sido, por tanto, una amplia foto de familia en la tribuna de honor, situada en la plaza de la Concordia, una foto que incluía al primer ministro israelí, Ehud Olmert, y al jefe de Estado sirio (dos países que técnicamente siguen en guerra, aunque mantienen ahora negociaciones indirectas a través de Turquía), que se han evitado en todo momento, y el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas. Además, ha estado presente como invitado de honor el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que también asistió al nacimiento de la Unión por el Mediterráneo.
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Unos 150 soldados de Naciones Unidades de 24 nacionalidades, entre ellos españoles, argentinos y un guatemalteco, que sirven en alguna de estas tres operaciones de la ONU en el Mediterráneo y más de un centenar de militares franceses que acaban de regresar del Líbano han abierto la parada.
Sarkozy quiso ayer escenificar el éxito diplomático de la cumbre euromediterránea: sentó a la misma mesa, aunque no hablaran directamente, a los líderes israelí y sirio, y, además, logró reforzar el Proceso de Barcelona con una iniciativa suya, aunque tuviera finalmente que insertarla en el marco de la UE. Por ello, invitó a los jefes de Estado y Gobierno que participaron en la cumbre a presenciar el desfile del 14 de julio, día de la Fiesta Nacional Francesa. Los líderes de Argelia, Túnez, Bélgica, Luxemburgo, Eslovaquia y República Checa fueron los únicos que declinaron la oferta.
Ha sido, por tanto, una amplia foto de familia en la tribuna de honor, situada en la plaza de la Concordia, una foto que incluía al primer ministro israelí, Ehud Olmert, y al jefe de Estado sirio (dos países que técnicamente siguen en guerra, aunque mantienen ahora negociaciones indirectas a través de Turquía), que se han evitado en todo momento, y el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas. Además, ha estado presente como invitado de honor el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que también asistió al nacimiento de la Unión por el Mediterráneo.
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