A falta de George y John, buenas fueron Laura y Cindy. Las esposas del presidente Bush y del candidato republicano John McCain se han dirigido a la Convención republicana en su día inaugural. Llenaban así el vacío de un primer día huérfano de grandes nombres después de que el programa fuera reducido a su mínima expresión formal debido al huracán Gustav.
Laura Bush dijo que su marido hubiera estado contento si hubiera podido hablar ante los delegados de su partido, como inicialmente estaba previsto. Ciñéndose al guión oficial del Partido Republicano afirmó: "Primero, somos americanos". "El presidente Bush está hablando con las autoridades de los estados del Golfo de México y asegurándose que tienen todo lo que necesitan". De hecho, el presidente se encontraba de visita en Austin y Texas para estar cerca de la zona de impacto del huracán.
La primera dama hizo aplaudir al gobernador de Luisiana, Bobby Jindal, la estrella ascendente de las filas republicanas y que tampoco pudo viajar a Minnesota por culpa de la meteorología. Luego presentó a otros cuatro gobernadores, todos republicanos, que intervinieron a través de vídeos: Rick Perry (Texas), Bob Riley (Alabama), Charlie Crist (Florida) y Harley Barbour (Misissipi).
Todos sin corbatas, vestidos con los polos de sus respectivos equipos de emergencia, lamentaron no poder asistir y dieron las gracias por la solidaridad demostrada. De eso se trataba, de mostrar que los republicanos tienen tanto corazón como el que más y que todo el el gobierno está movilizado. Y de borrar la mala imagen por la gestión de Katrina.
Cerró el breve acto la esposa de McCain, que citó a su marido para reiterar que hay que ser patriotas antes que nada y pidió que se colaborara con las 'páginas web' habilitadas para contribuir con los damnificados por el temporal. Ambas damas consiguieron que todo el Xcel Center se levantara para aplaudirlas y cerrar así un primer día de convención deslucido.
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Laura Bush dijo que su marido hubiera estado contento si hubiera podido hablar ante los delegados de su partido, como inicialmente estaba previsto. Ciñéndose al guión oficial del Partido Republicano afirmó: "Primero, somos americanos". "El presidente Bush está hablando con las autoridades de los estados del Golfo de México y asegurándose que tienen todo lo que necesitan". De hecho, el presidente se encontraba de visita en Austin y Texas para estar cerca de la zona de impacto del huracán.
La primera dama hizo aplaudir al gobernador de Luisiana, Bobby Jindal, la estrella ascendente de las filas republicanas y que tampoco pudo viajar a Minnesota por culpa de la meteorología. Luego presentó a otros cuatro gobernadores, todos republicanos, que intervinieron a través de vídeos: Rick Perry (Texas), Bob Riley (Alabama), Charlie Crist (Florida) y Harley Barbour (Misissipi).
Todos sin corbatas, vestidos con los polos de sus respectivos equipos de emergencia, lamentaron no poder asistir y dieron las gracias por la solidaridad demostrada. De eso se trataba, de mostrar que los republicanos tienen tanto corazón como el que más y que todo el el gobierno está movilizado. Y de borrar la mala imagen por la gestión de Katrina.
Cerró el breve acto la esposa de McCain, que citó a su marido para reiterar que hay que ser patriotas antes que nada y pidió que se colaborara con las 'páginas web' habilitadas para contribuir con los damnificados por el temporal. Ambas damas consiguieron que todo el Xcel Center se levantara para aplaudirlas y cerrar así un primer día de convención deslucido.
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