lunes, septiembre 01, 2008

Gustav llega a Luisiana mientras millones de personas son evacuadas

El huracán Gustav ya ha alcanzado las costas norteamericanas con vientos de 185 kilómetros por hora y como ciclón de categoría tres (el máximo nivel es cinco dentro de la escala de intensidad Zafiro-Simpson), dejándose sentir con fuertes lluvias y vientos en Nueva Orleans y amenazando a millones de ciudadanos del Estado de Luisiana y poblaciones del Golfo de México. Las autoridades estadounidenses temen el poder devastador de Gustav, que dejó 96 muertos en el Caribe, y se han movilizado para que no se produzca una catástrofe similar a la del Katrina en 2005.

El Centro Nacional de Huracanes (CNH), con sede en Miami, prevé que Gustav reduzca su velocidad de traslación antes de llegar a la costa, pero sus vientos con fuerza de huracán pueden aumentar al tocar tierra en el sur de Luisiana, superando los 200 kilómetros por hora. Es la mayor amenaza que se cierne sobre las costas estadounidenses del Golfo de México, donde desde este fin de semana se han empezado a evacuar a los ciudadanos.

Cerca de dos millones de personas han sido evacuadas en Luisiana, especialmente de las zonas costeras, mientras más de 11 millones están bajo alerta en otros cinco Estados. Esta previsto que los fuertes vientos impacten en Luisiana, Misisipí, Arkansas y Texas. El CNH ha decidido mantener su "alerta de huracán" para una zona que abarca Nueva Orleans y que se extiende desde High Island, Texas (al suroeste de Houston) hacia el oeste hasta la frontera entre Alabama y Misisipí. Mientras, el peligro que supone el huracán ha obligado a las compañías petroleras del Golfo de México a detener en un 96% la producción del crudo.




La amenaza de Gustav ha despertado el fantasma de Katrina, la mayor tragedia meteorológica de los últimos años en EE UU. En Nueva Orleans, donde Katrina azotó con toda su fuerza y dejó 1.500 muertos, el alcalde, Ray Nagin, se ha movilizado con gran prontitud y urgencia anunciando ayer la orden de evacuación obligatoria a los 239.000 habitantes de la ciudad, donde los vehículos han colapsado las carreteras, aunque no se ha producido ningún altercado. Nagin lanzó un mensaje rotundo a los residentes: "Esta es la madre de todas las tormentas, una tormenta grande y terrible que mantiene su fuerza, por lo que les insto a partir". Aún así, unas 10.000 personas han decidido permanecer en la ciudad.

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