viernes, noviembre 21, 2008

Una despedida del mundo

El Gobierno consiguió ayer una importante victoria parlamentaria para dirigirse hacia una segura derrota política. Con la definitiva estatización de los fondos privados de pensión, la Argentina, en efecto, se despidió del mundo por mucho tiempo porque rompió cualquier noción de reglas del juego previsibles y desconoció el derecho a la propiedad.

La estatización fue promovida, en principio, para escapar del default de la deuda pública, que tendrá vencimientos importantes en los próximos dos años, pero los bonos argentinos se derrumbaron en los mercados internacionales desde que se produjo ese anuncio.

¿Cómo se explica esa contradicción? En primer lugar, una notable suspicacia financiera se produjo por una estatización asestada como un ultimátum. La sospecha se expandió luego y puso en duda la solvencia real de las cuentas públicas. Por otro lado, también se concluyó que un gobierno capaz de apropiarse de los ahorros que acumularon millones de argentinos durante 14 años está en condiciones políticas e ideológicas de desconocer otra vez sus deudas. En verdad, la administración de los Kirchner quiso juntar recursos a salto de mata para financiar la deuda y promover un masivo plan de obras públicas al mismo tiempo.

Néstor Kirchner, verdadero autor intelectual de la estatización, nunca evolucionó de su primera experiencia política en la intendencia de Río Gallegos. Y, para un intendente, las elecciones se ganan a golpe de obras públicas. Así, imaginó fondos que no existen, porque un porcentaje significativo de los 30.000 millones de dólares en poder de las AFJP -un 45 por ciento- ya había sido gastado por el Estado a través de préstamos compulsivos de los fondos de pensión.

Siga leyendo el artículo de Joaquín Morales Solá en el diario La Nación de Buenos Aires

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