Ayer llegó a puerto venezolano la flota rusa que supuestamente viene a realizar ejercicios navales con la Armada venezolana. En principio, eso no tiene nada de particular ni debe causar preocupación. De acuerdo con el derecho internacional cualquier país puede recibir en sus puertos naves de guerra de países amigos. Además, nada le impide efectuar maniobras navales con cualquier otro país, siempre y cuando éstas se realicen con pleno respeto de las normas del derecho internacional, no constituyan una amenaza para un tercer país y no pongan en peligro la libre navegación marítima. Suponemos que esos ejercicios se llevarán a cabo en altamar, en la región marítima que no se encuentra sometida a la jurisdicción de ningún país. Concretamente, fuera del mar territorial venezolano y el de cualquier otro país. Sin embargo, hasta ahora no ha habido ninguna información pública acerca de la zona donde se llevarán a cabo esas maniobras. Esto constituye, de por sí, una grave omisión porque cuando se van a efectuar ejercicios de esa naturaleza existe la obligación de advertirlo a todos los demás países y publicar anuncios indicando con toda precisión las coordenadas del área dentro de la cual se realizarán para evitar inconvenientes al tránsito de la navegación pacífica.
La flota rusa viene liderada por el navío de guerra más grande del mundo en su género, el crucero a propulsión nuclear Pedro El Grande. La Armada rusa ha tomado buen cuidado en aclarar que ese buque, aun cuando puede portar armas nucleares, no trae armamento de esa naturaleza y por ello su presencia en el Caribe no representa ninguna amenaza. Lo contrario, además de constituir una peligrosa provocación, configuraría una grave violación del tratado sobre la prohibición de armas nucleares en América Latina. (Tratado de Tlatelolco)
Siga leyendo el artículo de opinión del diario El Universal de Caracas
La flota rusa viene liderada por el navío de guerra más grande del mundo en su género, el crucero a propulsión nuclear Pedro El Grande. La Armada rusa ha tomado buen cuidado en aclarar que ese buque, aun cuando puede portar armas nucleares, no trae armamento de esa naturaleza y por ello su presencia en el Caribe no representa ninguna amenaza. Lo contrario, además de constituir una peligrosa provocación, configuraría una grave violación del tratado sobre la prohibición de armas nucleares en América Latina. (Tratado de Tlatelolco)
Siga leyendo el artículo de opinión del diario El Universal de Caracas
No hay comentarios.:
Publicar un comentario