miércoles, enero 28, 2009

EE UU tiende la mano a los musulmanes



Lo que fue un tema tabú durante la campaña electoral dejó de serlo en la primera entrevista concedida a un medio de comunicación extranjero desde su toma de posesión. Ante las cámaras de Al Arabiya, cadena árabe de televisión por satélite con base en Dubai, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, utilizó abiertamente sus raíces musulmanas para acercarse al mundo islámico.

Lo que fue un tema tabú durante la campaña electoral dejó de serlo en la primera entrevista concedida a un medio de comunicación extranjero desde su toma de posesión. Ante las cámaras de Al Arabiya, cadena árabe de televisión por satélite con base en Dubai, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, utilizó abiertamente sus raíces musulmanas para acercarse al mundo islámico. "Hay musulmanes en mi familia. Yo mismo he vivido en países musulmanes", declaró Obama durante la entrevista grabada en la Casa Blanca y emitida ayer. Parece Obama, pues, la persona más capacitada para afirmar: "Estados Unidos no es enemigo de los musulmanes".

Varios son los episodios de la vida del presidente relacionados con la religión islámica: su padre creció en Kenia siendo musulmán, aunque en su madurez optó por el ateísmo. Sus familiares de Kenia viven en un país de fe islámica. Y parte de su infancia la vivió el presidente en Indonesia, el país con más musulmanes del mundo, donde su madre se casó de nuevo.

Una vez tendidos los puentes, Obama reconoció que su país había cometido errores en el pasado, pero aseguró que "el mismo respeto y asociación que Estados Unidos tuvo con el mundo musulmán hasta hace 20 o 30 años pueden ser restablecidos". Como primer paso en ese objetivo, poco antes de iniciar la entrevista, Obama envió a George Mitchell a un viaje de ocho días por Oriente Próximo como su enviado especial. El ex senador llegó ayer a Egipto y tenía previsto visitar Israel, Cisjordania, Jordania, Arabia Saudí y quizá Turquía, donde están en marcha conversaciones entre Israel y Siria. Francia y Reino Unido serán las últimas etapas de un viaje pensado para promover una nueva aproximación al conflicto palestino-israelí.

En un esfuerzo por reparar las dañadas relaciones que la anterior Administración dejó en la región, Obama destacó que había encomendado a Mitchell la tarea de escuchar. "Con mucha frecuencia lo que ha hecho Estados Unidos es imponer", afirmó. "Enviar a George Mitchell es el cumplimiento de mi promesa de campaña de que no vamos a esperar al final de mi mandato para afrontar la paz entre israelíes y palestinos. Vamos a empezar ya", añadió. Escuchar y conversar fueron las palabras clave utilizadas por el presidente para "llegar a un entendimiento con los implicados en el conflicto".

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