Más de dos millones de personas se congregaron ayer en el centro de Washington para presenciar la histórica toma de posesión del nuevo presidente de Estados Unidos, Barack Obama. En medio de una mañana soleada, de intenso frío y un ambiente cargado de historia, los rostros de la multitud -muchos de los cuales habían llegado la noche anterior desde distintos lugares de ese país- reflejaban la emoción y la ilusión que esta transmisión de mando sin precedentes ha inspirado tanto en Estados Unidos como en el resto del globo.
La sobria ceremonia y su tradicional puesta en escena confirmaron que, en los 220 años ininterrumpidos de posesiones presidenciales en Estados Unidos, la forma importa tanto como el fondo. La democracia norteamericana reafirmó ayer una de sus características más singulares: la combinación de fiesta, solemnidad patriótica y continuidad. Y también la capacidad de reinventarse, al pasar, en una elección, del pesimismo y la división de los últimos años a una ilusión colectiva de esperanza y unión. En contraste con el optimismo mundial y como muestra de lo impredecible del comportamiento de los mercados, el Dow Jones bajó 4%.
En un corto pero profundo discurso de posesión, el presidente Obama definió el momento histórico de su país: "Estamos entrando a una nueva era de la responsabilidad, un reconocimiento de que tenemos obligaciones con nosotros mismos, con nuestro país y con el resto del mundo". Responsabilidad que el ahora mandatario de la nación más poderosa del globo llama "el precio de la ciudadanía".
Como era previsible, la economía constituyó uno de los hilos conductores de esta primera alocución presidencial. Obama, famoso por su retórica y grandes dotes oratorias, evitó caer en promesas grandilocuentes o en una lista de mercado de propuestas para salir de la crisis. Al contrario, reiteró desde el principio la gravedad de la situación de la economía y la atribuyó, en una evidente alusión al manejo de la administración saliente de George W. Bush, "a una consecuencia de la avaricia y la irresponsabilidad de algunos". En su versión del famoso "sudor y lágrimas" de Winston Churchill en la Segunda Guerra Mundial, Obama reconoció que los retos que enfrenta Estados Unidos en varios frentes son "serios, reales y muchos. Y no se resolverán fácilmente o en un corto período de tiempo".
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La sobria ceremonia y su tradicional puesta en escena confirmaron que, en los 220 años ininterrumpidos de posesiones presidenciales en Estados Unidos, la forma importa tanto como el fondo. La democracia norteamericana reafirmó ayer una de sus características más singulares: la combinación de fiesta, solemnidad patriótica y continuidad. Y también la capacidad de reinventarse, al pasar, en una elección, del pesimismo y la división de los últimos años a una ilusión colectiva de esperanza y unión. En contraste con el optimismo mundial y como muestra de lo impredecible del comportamiento de los mercados, el Dow Jones bajó 4%.
En un corto pero profundo discurso de posesión, el presidente Obama definió el momento histórico de su país: "Estamos entrando a una nueva era de la responsabilidad, un reconocimiento de que tenemos obligaciones con nosotros mismos, con nuestro país y con el resto del mundo". Responsabilidad que el ahora mandatario de la nación más poderosa del globo llama "el precio de la ciudadanía".
Como era previsible, la economía constituyó uno de los hilos conductores de esta primera alocución presidencial. Obama, famoso por su retórica y grandes dotes oratorias, evitó caer en promesas grandilocuentes o en una lista de mercado de propuestas para salir de la crisis. Al contrario, reiteró desde el principio la gravedad de la situación de la economía y la atribuyó, en una evidente alusión al manejo de la administración saliente de George W. Bush, "a una consecuencia de la avaricia y la irresponsabilidad de algunos". En su versión del famoso "sudor y lágrimas" de Winston Churchill en la Segunda Guerra Mundial, Obama reconoció que los retos que enfrenta Estados Unidos en varios frentes son "serios, reales y muchos. Y no se resolverán fácilmente o en un corto período de tiempo".
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