Corría la primavera de 1959 y en la sede de la Organización de los Estados Americanos, en Washington, estaba a punto de concretarse un sueño. Tras años de discusión, los delegados de las naciones del hemisferio habían logrado ponerse de acuerdo en torno a un texto que concretaba una aspiración surgida por primera vez en 1889 con ocasión de la Primera Conferencia Internacional Americana, cuando alguien habló de la creación de un banco regional.
Con el correr de las décadas, la idea habría de tener múltiples transformaciones y ser enterrada y resucitada en innumerables oportunidades. Por ejemplo, en 1933, en Montevideo, se habló explícitamente de un Banco Interamericano, que tendría el rol de banco central continental, regulador del crédito y de la moneda. Pero no fue hasta 1954 cuando, en el hotel de Quintadinha, cerca de la población brasileña de Petrópolis, empezó a tomar forma la propuesta de un organismo financiero regional. En ese momento resultó clave la labor de una junta preparatoria, encabezada por el entonces senador chileno Eduardo Frei Montalva, que tuvo como relator a Carlos Lleras Restrepo, de Colombia.
Sin embargo, habrían de pasar cuatro años más, momento en el que el presidente de Brasil, Juscelino Kubitschek, impulsó una propuesta, que a su vez derivó en la convocatoria, bajo el manto de la OEA, del 'Comité de los 21', a comienzos de 1959. Tal fue el nombre de la comisión encargada de negociar y redactar el Instrumento Constitutivo de una Institución Financiera Interamericana, que terminó el 8 de abril del mismo año. El documento, que entró en vigor en diciembre siguiente, mes en que se recibieron las ratificaciones necesarias, le dio vida al Banco Interamericano de Desarrollo, cuyo objetivo explícito fue "contribuir a acelerar el proceso de desarrollo económico, individual y colectivo de los países miembros".
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Con el correr de las décadas, la idea habría de tener múltiples transformaciones y ser enterrada y resucitada en innumerables oportunidades. Por ejemplo, en 1933, en Montevideo, se habló explícitamente de un Banco Interamericano, que tendría el rol de banco central continental, regulador del crédito y de la moneda. Pero no fue hasta 1954 cuando, en el hotel de Quintadinha, cerca de la población brasileña de Petrópolis, empezó a tomar forma la propuesta de un organismo financiero regional. En ese momento resultó clave la labor de una junta preparatoria, encabezada por el entonces senador chileno Eduardo Frei Montalva, que tuvo como relator a Carlos Lleras Restrepo, de Colombia.
Sin embargo, habrían de pasar cuatro años más, momento en el que el presidente de Brasil, Juscelino Kubitschek, impulsó una propuesta, que a su vez derivó en la convocatoria, bajo el manto de la OEA, del 'Comité de los 21', a comienzos de 1959. Tal fue el nombre de la comisión encargada de negociar y redactar el Instrumento Constitutivo de una Institución Financiera Interamericana, que terminó el 8 de abril del mismo año. El documento, que entró en vigor en diciembre siguiente, mes en que se recibieron las ratificaciones necesarias, le dio vida al Banco Interamericano de Desarrollo, cuyo objetivo explícito fue "contribuir a acelerar el proceso de desarrollo económico, individual y colectivo de los países miembros".
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