Decenas de personas -cerca de un centenar según algunas fuentes- han muerto hoy en Afganistán al bombardear la OTAN dos camiones cisterna cargados de combustible que habían sido "robados" por talibanes. La Alianza sostiene que los muertos son insurgentes, mientras que fuentes locales aseguran que hay numerosas víctimas civiles, ya que muchas personas se habían congregado para agenciarse algo de combustible del camión. La OTAN va a investigar el incidente.
Un grupo de insurgentes se hizo ayer con dos camiones cisterna que transportaban combustible a las tropas internacionales desplegadas en Angorbagh, en la región de Kunduz, al norte de Afganistán. Según la versión de la policía afgana, posteriormente, el camión ha quedado atrapado en el barro del lecho de un río y ha sido entonces cuando habitantes de la zona se han congregado, junto a los talibanes, para conseguir gasolina. En ese momento han caído las bombas de la OTAN. Varios portavoces de la región han cifrado en 90 los muertos. "La mayor parte son talibanes y un pequeño número son civiles, entre ellos niños", ha dicho Mahbubullah Sayedi, portavoz del Gobierno provincial.
La versión de la OTAN es la misma, salvo en el número de víctimas y en si son o no civiles. Tras recibir información del secuestro, la Alianza localiza los camiones en el lecho de un río y, tras asegurarse que "sólo insurgentes" rodean los camiones, los bombardea, ha informado, Christine Sidenstricker, oficial de prensa de la ISAF. Resultado: "Un gran número de insurgentes muertos". 56, según el ejército alemán, que añade que "no hay ninguna víctima civil". El ejército alemán es el que gestiona la zona donde se ha producido el incidente.
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