sábado, noviembre 07, 2009

El Salvador hace justicia a monseñor Óscar Romero




El Gobierno salvadoreño reconoce por primera vez la responsabilidad del Estado en el asesinato de arzobispo de la capital del país en 1980. Al arzobispo salvadoreño Óscar Arnulfo Romero lo asesinaron el 24 de marzo de 1980. Sus últimas palabras, pronunciadas un día antes en la catedral de San Salvador, estuvieron dirigidas a los militares: "Están matando a sus mismos hermanos campesinos. Ningún soldado tiene que obedecer la orden de matar. Ya es tiempo de que recuperen su conciencia. En nombre de Dios y en nombre de este sufrido pueblo, les suplico, les ruego, les ordeno, cese la represión". Sólo un disparo en el pecho, justo en el momento de alzar el cáliz en la capilla de un hospital, pudo acallar su voz. Pero al disparo se le unió la guerra civil (1980-1992) y más tarde los largos años que gobernó El Salvador un partido de derecha, la Alianza Republicana Nacionalista (Arena), cuyo fundador, Roberto D'Aubuisson, fue también el autor intelectual del asesinato, según determinó la Comisión de la Verdad. Pero la historia ya está cambiando.

Se empezó a notar la noche del pasado 15 de marzo. Mauricio Funes, el candidato del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), acababa de ganar las elecciones. Por primera vez, la izquierda iba a gobernar El Salvador. Funes se quitó la chaqueta y la corbata, se puso una guayabera blanca -bajo la que se transparentaba un negro chaleco antibalas- y se dirigió a toda prisa hacia una plaza donde lo esperaba una multitud vestida de rojo. Allí, como si estuviera alzando una bandera, el candidato de los viejos guerrilleros convocó a la memoria de monseñor Romero: "Él dijo que la Iglesia tenía una opción preferencial con los pobres. Eso haré yo. Favorecer a los pobres y a los excluidos".

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