Nadie está seguro de que lo peor haya pasado, aunque Washington intentaba ayer enviar algunas señales de distensión en su desencuentro con Israel, su histórico aliado en Medio Oriente. Pero, así como la crisis sigue abierta y su desenlace es aún incierto, el dato llamativo aquí fue la cantidad de advertencias internas hacia el debilitado presidente Barack Obama, en el caso de que el enfrentamiento no dé señales de ceder.
Si algo desnudó esta escalada verbal entre ambos aliados fue cierta impaciencia doméstica con la estrategia de la Casa Blanca en materia de política exterior, un frente en el que, hasta ahora, la administración demócrata no puede presentar muchos frutos.
Lo más grave se escuchó en las filas republicanas. "En Medio Oriente estamos llegando a un punto en el que nuestros amigos no nos creen. Y nuestros adversarios no nos temen", dijo el ex candidato presidencial John McCain.
Pero en los sectores tradicionalmente aliados del presidente también suenan las advertencias.
Por caso, con un tono inusualmente crítico, el diario The Washington Post dedicó ayer su primer editorial a castigar la estrategia de Obama hacia Israel. Y la calificó de desacertada al extremo de que, "si no la modifica" y persevera en ella, los resultados que pretende -la paz en la región- serán, dice el diario, "exactamente los contrarios".
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