Obama por fin logra un triunfo en el Congreso con la Ley de Empleo

La economía de Estados Unidos va a recibir una nueva inyección de dinero público. Justo un año después de que el Congreso aprobara un enorme paquete de recortes de impuestos y gasto público por valor de 787.000 millones de dólares (573.000 millones de euros), el Senado acaba de aprobar, por una amplia mayoría, otra ley, esta vez por 17.600 millones de dólares (12.826 millones de euros), una nueva Ley, esta vez para estimular la creación de empleo.

El impacto de la nueva ley, que ahora va a ser sancionada por Barack Obama, no es sólo económico. Es también político, ya que supone el primer triunfo legislativo de Barack Obama en un año, precisamente desde la aprobación del paquete de estímulo económico. Más específicamente, la nueva regulación es un triunfo de Jared Bernstein, el máximo asesor económico del vicepresidente, Joe Biden.

¿En qué consiste la nueva ley?

Básicamente, la ley supone la eliminación de la parte que las empresas deben aportar a la Seguridad Social, y que suele rondar el 6,25% del salario bruto de los trabajadores en todas las contrataciones a trabajadores que se produzcan desde el momento en que la ley es firmada (lo que podría suceder esta misma semana) y finales de año. Los trabajadores deberán llevar al menos 60 días desempleados para que la medida se aplique.

Además, cada nuevo empleado que se mantenga en nómina durante un año natural (52 semanas) permitirá a la empresa una desgravación fiscal de 1.000 dólares en sus impuestos de 1.000 dólares (729 euros) en 2011.

Esta nueva intervención del Gobierno en la economía no es la única que prepara EEUU. En las próximas semanas parece seguro que el Congreso aprobará un nuevo paquete de estímulo, por 140.000 millones de dólares (102.000 millones de euros) en virtud del cual las empresas tendrán exenciones fiscales por la adquisición de nuevos equipos y maquinaria y las inversiones en I+D (Investigación y Desarrollo).

También incluirá una ampliación del programa COBRA, que permite a los trabajadores mantener su seguro médico aunque hayan perdido su empleo (en EEUU, las empresas pagan frecuentemente por el seguro médico de los trabajadores a tiempo completo) y facilidades para la amortización de activos a efectos fiscales.

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