En medio de la peor escalada de tensión diplomática entre Estados Unidos e Israel en casi dos décadas, la Casa Blanca elevó ayer el tono de sus críticas a su principal aliado en Medio Oriente, al considerar un "insulto" y un "abierto desafío" el polémico anuncio de la construcción de 1600 viviendas en Jerusalén Oriental, en momentos en que Washington intenta relanzar el proceso de paz.
El tono de la respuesta de Estados Unidos y el temor a una reacción de los palestinos en las calles llevaron a Israel a desplegar cientos de policías en la Ciudad Vieja de Jerusalén -donde se encuentra la mezquita Al-Aqsa- y a restringir el ingreso de palestinos a ese sector, escenario de recientes choques.
Después de las fuertes críticas de varios altos funcionarios norteamericanos, entre ellos la secretaria de Estado, Hillary Clinton, ayer fue David Axelrod, consejero político y una de las voces que más escucha el presidente Barack Obama, el encargado de dejar en evidencia el profundo malestar en la Casa Blanca con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
El anuncio de la construcción de nuevas viviendas en Jerusalén Oriental se produjo la semana pasada, durante la visita del vicepresidente norteamericano, Joe Biden, lo cual fue considerado un abierto desafío al gobierno de Obama.
"Eso fue un desafío, fue un insulto, pero lo más importante es que debilita los muy frágiles esfuerzos por traer la paz a esa región", advirtió ayer Axelrod.
"Acabamos de iniciar conversaciones de acercamiento entre los palestinos y los israelíes, y ese anuncio en este momento ha sido muy destructivo", añadió el funcionario, que suele hacer público el pensamiento del mandatario norteamericano.
Axelrod fue más allá y dijo estar convencido de que el anuncio "fue calculado para debilitar" las negociaciones indirectas entre la Autoridad Nacional Palestina (ANP) e Israel, congeladas desde hace 14 meses.
De esa manera, pareció minimizar la defensa de Netanyahu, que ayer había afirmado que el anuncio de su ministro "fue hecho con total inocencia" y sin intenciones de provocación.
"Israel es un aliado fuerte y particular, con el cual tenemos estrechos vínculos. Es por esa razón que no fue un comportamiento correcto -dijo Axelrod-. Creo que los israelíes entendieron sin ninguna duda que estamos irritados y que ahora queremos seguir adelante."
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