Cristina Kirchner y José Mujica intentaron ayer terminar con más de cinco años de desgaste en la relación entre la Argentina y Uruguay con un compromiso y una sugestiva omisión.
Los presidentes acordaron comenzar un plan de vigilancia ambiental conjunto en las aguas del río Uruguay para auditar el funcionamiento de Botnia, pero eludieron, deliberadamente, hablar en público sobre el corte de la ruta internacional 136 por parte de los asambleístas de Gualeguaychú. Tal reserva, trascendió, se debió a la falta de avances en el intento de que termine el bloqueo al puente General San Martín.
Ese fue el resultado del primer encuentro presidencial después del fallo de la Corte Internacional de La Haya, que se conoció hace una semana. Los mandatarios se reunieron durante una hora en la residencia de Olivos y manifestaron públicamente la voluntad política de superar los roces mediante un acatamiento de la sentencia del tribunal internacional con sede en Holanda.
"Hoy estamos en el comienzo de un proceso que yo definiría de reencauzamiento definitivo de lo que nunca debió pasar en la relación entre la Argentina y Uruguay", dijo Cristina Kirchner en una declaración ante la prensa al término del encuentro, en la que no se permitieron preguntas.
"Mi pequeño país no se hace viable en conflicto con la Argentina", sintetizó Mujica, para demostrar la voluntad de promover un salto de calidad en el vínculo.
El cónclave se prolongó durante una hora y transcurrió en un clima que tanto fuentes uruguayas como argentinas calificaron ante LA NACION de "ameno" y "prometedor".
Fuente: La Nación de Buenos Aires
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