miércoles, abril 07, 2010

"La ciudad está parada, es un enorme desierto"

"Río es un desierto"; "La ciudad está paralizada"; "Esto es un caos"; "Todos los que vivimos en Río estamos en problemas". Argentinos y brasileños que viven en la capital carioca relataron ayer a LA NACION la situación desesperante que se vive en la ciudad y cómo se vieron afectados por las intensas lluvias que no cesan desde hace más de 24 horas, y que ya dejaron decenas de muertos, casas destruidas y calles anegadas por tierra y basura.

"El lunes tardé 40 minutos en recorrer un trayecto de 20 cuadras que hago todos los días en colectivo y que me lleva 10 minutos. La lluvia no paraba, era muy tupida, nunca vi llover así", contó Gabriela Repetto, una argentina de 25 años que está haciendo un intercambio en la Fundación Getulio Vargas.

"La situación es caótica. Ni siquiera puedo salir de mi casa", dijo Jorge Bispo, un fotógrafo carioca que añadió que todos sus trabajos desde ayer y hasta mañana fueron suspendidos por el diluvio.

Para todos, Río ayer dejó de ser la "ciudad maravillosa" y se convirtió en la "ciudad del caos". Calles obstruidas por tierra, arena y basura, autos inundados y abandonados, autopistas y oficinas vacías, cortes de luz, deslizamientos de tierra y ríos desbordados era el panorama que se repetía en cada rincón de la ciudad.

Aquellos que pudieron salir a la calle o sacar su auto debieron ingeniárselas para encontrar vías alternativas para llegar a su trabajo, ya que los caminos convencionales estaban intransitables y casi no había medios de transporte para circular por la ciudad.

"La ciudad está parada, Río es un enorme desierto. Es muy raro no ver autos ni gente en esta ciudad, donde siempre hay demasiado de los dos. Incluso hay menos movimiento que en los días de huelga", relató Jorge Jáuregui, un arquitecto y urbanista argentino que vive en la capital carioca. Además, contó que anteayer algunos de sus amigos que trabajan en oficinas tardaron más de seis horas en llegar a sus casas, porque todos los túneles estaban cerrados por las inundaciones.

"Hoy [por ayer] nadie fue a trabajar, tampoco hubo clases ni funcionó la administración pública. Por ejemplo, en el estudio donde trabajo, estoy yo solo", precisó.

El gobierno de Río de Janeiro pidió a los ciudadanos que no salieran de sus casas ni sacaran los autos, ya que los pronósticos indican que continuará lloviendo en las próximas horas y que el tránsito particular podría obstruir el trabajo de bomberos y ambulancias en las zonas más afectadas.

Raúl Ailán, cónsul adjunto en Río de Janeiro, dijo a LA NACION que no recibieron llamadas de argentinos que estuvieran en problemas como consecuencia de las lluvias.

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