jueves, julio 15, 2010

Calderón genera una crisis de Gobierno y cambia a su ministro del Interior



Felipe Calderón (c) junto a su nuevo ministro de Interior, José Francisco Blake (i) y su antecesor Gómez Mont. | Efe

Gomez Mont se había opuesto a las alianzas PAN-PRD que defendía Calderón
Es el tercer ministro de Interior que cambia en cuatro años. Su salida se produce en el peor momento de la lucha contra el 'narco'. Releva al ministro de Economía para sacar a Patricia Flores de Presidencia. Felipe Calderón ha cumplido lo que se venía escuchando desde hace semanas: ha generado una crisis de Gobierno y sustituido a los ministros de las áreas en las que el presidente mexicano está más cuestionado, las del Interior (de la que depende la lucha contra el 'narco') y de Economía (en plena crisis).

Oficialmente la versión no es ésta, claro. En una convocatoria a los medios para difundir las novedades de su Gobierno lo que ha anunciado es la renuncia voluntaria del titular de la cartera de Interior, Fernando Gómez Mont, a quien los analistas políticos daban por cesado desde hace días.

"El licenciado Gómez Mont me ha expresado que una vez que se han llevado a cabo los comicios electorales en diversos estados de la República, ha concluido una etapa en su labor al frente de la Secretaría y que es su intención reincorporarse plenamente a sus actividades profesionales", ha señalado Calderón.

Lo cierto es que su salida del Gobierno es muy significativa. Porque es el tercer ministro de Interior que cambia en los cuatro años del Gobierno de Calderón. Porque se produce en plena ola de violencia. Y porque hasta poco antes de las elecciones pasadas del 4 de julio en 14 estados del país, era el ministro estrella del Gobierno, el número dos del Ejecutivo, el que más salía en los medios a defender la estrategia de lucha contra el crimen organizado y el que con frecuencia ejercía de portavoz de las ideas y propuestas del propio presidente.

Alianzas PAN-PRD

¿Qué ha pasado? Pues que también fue de los que se opuso con más firmeza a las alianzas entre su partido, el PAN (derecha), y el izquierdista PRD para expulsar al PRI de los Gobiernos estatales. De hecho, terminó renunciando a su militancia en el PAN. Sucede que al final, la estrategia que Calderón apoyó no fue tan mal, al contrario, y la extraña coalición logró ganar en los feudos históricos del PRI como Oaxaca, Sinaloa y Puebla.

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