No llegaron a pasar 12 horas de la monumental filtración para que la Casa Blanca se viera obligada a contestar la siguiente pregunta: "¿Tiene el gobierno en claro por qué tenemos que estar en Afganistán y ayudar a socios que no parecen confiables? ¿Por qué desembolsar millones de dólares en ayudar a Paquistán?
El géiser de indignación empezaba a soltar presión. Ocurrió en la habitual rueda de prensa de la Casa Blanca. Presionado, el vocero presidencial, Robert Gibbs, no dio una respuesta concreta ni sobre eso ni sobre hasta qué punto las revelaciones de ayer afectan el empeño del gobierno de Barack Obama en la guerra "necesaria" de Afganistán.
De lo que no cabe duda es de que, de ahora en adelante, habrá muchas más oportunidades para evaluar la espinosa cuestión. Porque si algo quedó instalado ayer fue precisamente esa pregunta: para qué estar allí, cuánto tiempo más, a qué costo.
Además de poner la cuestión de la guerra misma en foco, la filtración más grande de la historia de Estados Unidos tiene una doble arista: por un lado, la filtración en sí misma y, por el otro, lo que dice la información revelada. Fue evidente que la Casa Blanca prefirió quedarse en el primer escalón: el de la filtración. E intentó que el debate se centrara en sus meandros; esto es, la culpa, la responsabilidad, el delito, el riesgo y el daño, si todo esto existe.
"Es una filtración grave que tiene el potencial de poner en riesgo la seguridad nacional", dijo Gibbs, que anunció que se puso en marcha una investigación interna para determinar responsabilidades.
"Es algo que suele ocurrir. La administración Obama se centra en el debate sobre la filtración en lugar de meterse en el meollo del asunto", dijo Jeffrey Pfeffe, de la Universidad de Stanford, consultado por LA NACION.
"La verdad es que toda la situación tiene un paralelo con lo que ocurrió en la guerra de Vietnam", añadió. No sólo por la preocupación por las filtraciones informativas, sino porque "al igual que entonces, Estados Unidos lidió con un socio poco confiable y corrupto", según precisó.
El otro punto es lo que está pasando en la guerra. En eso resultó obvio que la filtración potenció la duda ya existente entre los seguidores de Obama sobre el sentido de seguir combatiendo allí.
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