Hace una semana, una embarcación llena de desechos grises y arenosos salió de Alaska con destino a China. Enterradas en medio de los residuos viajaban partículas diminutas de oro que China National Gold Group Corp. planea extraer. El cargamento es uno de muchos llenos de materia rica en minerales que están siendo enviados a los puertos chinos como parte de un esfuerzo clave, pero casi desapercibido por saciar la demanda de materias primas del país.El oro de Alaska no aparecerá en el reporte oficial de importaciones de China, los registros comerciales de las bolsas de materias primas ni en los mercados de lingotes. Las compras chinas de restos de cobre y sus inversiones en proyectos de arenas petrolíferas en Canadá también pasan desapercibidas.
Los observadores dicen que el mineral de oro de bajo grado que avanza hacia las costas de China es otro indicio de que la demanda del gigante asiático por materias primas es mayor a lo que muestran los indicadores tradicionales, y superior de lo que muchos inversionistas creen. Los inversionistas siguen de cerca el consumo de China de bienes básicos ampliamente buscados, como lingotes de oro, cobre refinado y crudo. Señales de que su apetito sube o baja pueden mover los mercados, y ayudan a definir su crecimiento económico general.
Durante el primer semestre de este año, las importaciones de China de cobre refinado cayeron 13,5%, 239.000 toneladas menos frente al mismo período de 2009, una señal aparente de una disminución en la demanda. Pero China aumentó las exportaciones de restos y concentraciones de cobre, que necesitan procesamientos adicionales. Las 362.000 toneladas de cobre extra fueron suficientes para que China registrara una ganancia neta en sus importaciones del metal, según Barclays Capital.
Siga leyendo ela rtículo del diario The Wall Street Journal, Américas, publicado por La Nación de Buenos Aires
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