martes, septiembre 21, 2010

2010, el año más mortal en Afganistán

En nueve meses ya se han contabilizado 529 muertos entre las tropas internacionales enviadas al país. Las pérdidas de las fuerzas internacionales en Afganistán han alcanzado un nuevo récord tras la muerte de nueve soldados en un helicóptero, convirtiendo 2010 en el año más mortífero tras nueve años de guerra. Nueve soldados extranjeros murieron después de que su helicóptero se estrellara en el sur de Afganistán, según un comunicado de la OTAN.



REUTERS
Traslado de un soldado de EE.UU. herido en Afganistán

Los talibanes han asegurado haber abatido el aparato en la provincia de Zaboul, una región donde los insurgentes están fuertemente implantados. Con 529 muertos desde el 1 de enero, 2010 es ya, en apenas nueve meses, el año más mortífero para las fuerzas internacionales desde la caída del régimen taliban a finales de 2001, expulsados del poder por una coalición militar internacional encabezada por los Estados Unidos, según un recuento de France Presse basado en el del sitio de internet independiente icasualties.org. De media, dos soldados mueren al día en Afganistán. El año 2009, con 521 muertos, había sido, de lejos, el año más sangriento para las tropas internacionales, que se enfrentan en los últimos tres año a una insurrección talibán cada vez más intensa.

La gran mayoría de víctimas en las tropas internacionales, que alcanzan los 2.097 muertos en nueve años, son de soldados estadounideneses, que suponen hoy más de dos tercios de los cerca de 150.000 hombres de la coalición presentes en Afganistán.

Retirada de algunos países

De los 60 muertos en 2004, se pasó a 131 en 2005, 191 en 2006, 232 en 2007, 295 en 2008, hasta llegar a los 521 en 2009. El ritmo vertiginoso de pérdidas actualmente en Afganistán es comparable a los peores meses de la guerra en Irak, entre abril y junio de 2007. Por entonces, los Estados Unidos enviaron igualmente refuerzos a Iral y pusieron en marcha una nueva estrategia contra la insurrección. Para Afganistán, el Pentágono y la OTAN habían previsto que con la llegada de tropas suplementarias y la intensificación de las operaciones, aumentaría el número de bajas. Los civiles son las primeras víctimas del conflicto en Afganistán, con miles de muertos.

Desde hace al menos un año, la opinión pública de los cuarenta países que componen la ISAF, con Estados Unidos en cabeza, se ha vuelto mayoritariamente opuesta al envío de sus soldados en lo que parece cada vez más un sangriento cenagal. Esto ha obligado a algunos países a anunciar la retirada de sus soldados. El contingente neerlandés abrió la vía el pasado 1 de agoto, al ser el primero de los países que participaban en la misión de la OTAN en abandonar Afganistán. El contingente canadiense saldrá en 2011 y los británicos tienen los ojos puestos en 2014. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha fijado en julio de 2011 el inicio de la retirada de las tropas americanas.

El objetivo de las fuerzas de la OTAN es pasar el relevo a las fuerzas de seguridad afganas de aquí a finales de 2014. Un aumento de poder del Ejército y la Policía afganas constituyen un desafío para el presidente afgano Hamid Karzai, según estiman los expertos, pero éstos dudan de que las fuerzas de seguridad afganas sean suficientes en número y suficientemente formadas para tomar las riendas de la situación.


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