El Banco Central Eu¬ropeo (BCE) aumentó la semana pasada las compras de bonos soberanos en medio de los crecientes temores en los mercados financieros sobre la capacidad de Grecia, Irlanda y Portugal para pagar sus deudas.
El BCE inició en mayo el programa de compra de bonos emitidos por los países más atribulados de la zona euro, durante el apogeo de la crisis de la deuda europea. El plan fue parte de una ofensiva del banco central para apuntalar la confianza de los inversionistas en la capacidad de los países para pagar sus obligaciones y del propio BCE para intervenir y mantener la liquidez del mercado.
A los críticos, sin embargo, les preocupaba que el programa, el primero de esta naturaleza emprendido por el BCE, generara dudas acerca de la inde¬pendencia de la entidad de las presiones políticas.
Aunque en las últimas semanas fueron mayores que durante los últimos meses, las compras de bonos por parte del BCE son una fracción de lo que eran cuando el programa comenzó.
A pesar de haber gastado más de 61.000 millones de euros (US$79.580 millones) desde mayo, las compras del BCE no han reducido los costos de finan¬ciamiento de los países en la periferia europea. Los diferenciales de rendimiento entre la deuda gubernamental de Grecia, Irlanda y Portugal y los bonos más seguros de Alemania tocan o se aproximen a máximos históricos, lo que dificulta que los países con problemas financien su creciente deuda.
El BCE informó que gastó 323 millones de euros en bonos soberanos la semana pasada, un alza frente a los 237 millones de euros de la semana previa y el valor más alto desde mediados de agosto. El organismo no brindó un desglose por país o vencimiento.
Cuando el programa comenzó, el 10 de mayo, el BCE fue mucho más enérgico y adquirió más de 16.000 millones de euros en bonos tan sólo en la primera semana. Los montos cayeron a medida que los mercados de deuda se estabilizaron en los meses siguientes y la economía de la zona euro mostró señales de recuperación.
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