ARGENTINA: Claves para entender la batalla por la ley de medios

La reglamentación de la normativa despertó nuevas controversias; paso a paso, los hitos más importantes de esta polémica iniciativa kirchnerista. La reglamentación de la ley de medios despertó nuevas controversias con respecto a la validez de la norma. Las polémicas alrededor de la ley 26.522 no son nuevas. La corta vida de esta medida aprobada por el Congreso hace casi un año estuvo signada por una dura batalla entre el oficialismo y la oposición tanto ante los micrófonos como ante la Justicia.

Paso a paso, estas son las claves para entender la guerra por la ley de medios.

1. Aprobación holgada. Tras casi 20 horas de debate, el Senado aprobó en la madrugada del sábado 10 de octubre de 2009 la nueva ley de medios que impulsó el Poder Ejecutivo. Con 44 votos a favor y 24 en contra, sin incorporar ninguna modificación, el oficialismo se impuso en la votación en general.

Pasadas las 6 de la mañana, se aprobó el punto más controvertido de la ley: el artículo 161. Dicha disposición, fuertemente cuestionada por la oposición, fue sancionada con una mayoría más ajustada: obtuvo 38 votos a favor y 28 en contra. El artículo obliga a las empresas de radio y televisión por cable y por aire a desprenderse de licencias si tuviesen más de 10 en el plazo de un año.

2. Fe de erratas. El texto de la nueva norma fue aprobado por el Senado con errores en la remisión que en dos artículos (95 y 124) se hace a otras tantas cláusulas de la ley. La fe de erratas que emitió la Cámara de Diputados, cuya validez estuvo bajo la lupa, intentó subsanar esa incongruencia.

Sin embargo, desde la oposición advirtieron que ese documento excede las facultades que la Cámara baja le concedió al presidente del cuerpo, el kirchnerista Eduardo Fellner, al permitirle renumerar los artículos y corregir errores ortográficos. Pero además, la oposición cuestionó el trámite legislativo seguido por la fe de erratas porque el proyecto llegó al recinto del Senado 22 días después de que el proyecto fuera aprobado por la Cámara de Diputados y de que la Secretaría Parlamentaria se hubiera tomado cinco días para pasarlo en limpio.

Siga leyendo el artículo del diario La Nación de Buenos Aires