La clave que explica la compleja huelga general de ayer en España, la primera contra el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, se resume en el lema que, acuñado por los sindicatos, animó las manifestaciones: "Así no, rectificación ya".
La frase, presente en pasacalles, remeras, calcomanías y, sobre todo, en el discurso de los máximos dirigentes sindicales, volvió explícito aquel secreto a voces que delata a los sindicatos como los organizadores de una medida de fuerza contra la reforma laboral aprobada por Zapatero, pero de ninguna manera en contra de un gobierno que no terminó de quebrar su alianza con las centrales sindicales.
A través de la "rectificación" de una política de un gobierno que no terminan de condenar, los líderes de la UGT y las CO tomaron distancia del otro eslogan que, en forma de cántico, comenzó a subir su volumen en los últimos meses, en especial en las manifestaciones realizadas por los gremios de empresa -alejados de todo trato directo con ministros y funcionarios nacionales- o por la oposición conservadora.
Se trata del sencillo aunque contundente "¡Zapatero, dimisión!", que ayer, sin embargo, llegó a escucharse en forma aislada en boca de algunos grupos que, sin remeras partidarias ni pancartas, se unieron en Madrid al grueso de la ingente marea de banderas rojas que se desplazó al atardecer desde Cibeles hasta Puerta del Sol.
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