"Tenemos la oportunidad de poner punto final a este conflicto". De ese modo ha lanzado la secretaria de Estado de EE UU, Hillary Clinton, la reanudación de las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos aquí en Washington. "Créanme: ustedes pueden tener éxito. Nosotros entendemos que sería en beneficio también de la seguridad nacional de EE UU. Pero no podemos imponer soluciones. Sólo ustedes tomarán las decisiones necesarias para llegar a un acuerdo que asegure el futuro de la ciudadanía de Israel y Palestina".
A lo largo del día de hoy, Clinton tutelará las negociaciones directas entre el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas. Antes de entrar a negociar a puerta cerrada, este último ha planteado en un discurso sus exigencias: libertad para los presos palestinos, retirada de Israel de los territorios ocupados en 1967 y fin del embargo a Gaza. "Condenamos los ataques y seguimos trabajando en mejorar la seguridad, que es algo fundamental", ha dicho Abbas, en referencia al asesinato de cuatro colonos judíos el martes en Cisjordania a manos de Hamas.
Netanyahu ha admitido que "la paz es posible" pero que conseguirla conllevará "hacer concesiones dolorosas para ambas partes". "Nosotros respetamos su deseo de soberanía", le ha dicho a Abbas, a quien ha calificado de "aliado en la paz". "Y estoy convencido de que es posible reconciliar ese deseo con nuestra voluntad de mejorar nuestra seguridad".
Por la tarde (noche en España) el enviado especial de la Casa Blanca a Oriente Próximo, George Mitchell, tiene previsto comparecer ante los medios para informar de cómo progresan las negociaciones. Washington ha expresado que espera que los contactos directos se prolonguen durante un año.
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