sábado, octubre 02, 2010

El caldo de cultivo

Todos los ecuatorianos sacaremos lecciones útiles de la revuelta policial del pasado 30 de septiembre, si sabemos ponderar lo ocurrido y someternos, primero, a un proceso de autocrítica responsable. Aparentemente todo volvió a la calma y debemos reflexionar acerca de lo que sucedió y no debió suceder, así como las consecuencias nefastas de los excesos de parte y parte.

Hemos defendido el principio democrático, ante la eventualidad de que pudiera haberse borrado del mapa, pero paradójicamente desde casi cuatro años dejamos de tener un Estado y Gobierno democrático. Han campeado por sus respetos desde el oficialismo y principalmente en la persona de su líder el autoritarismo, la prepotencia, la soberbia y el desprecio de las razones del adversario.

Los actos de gobierno deben ser ajenos a la venganza, el resentimiento y el odio. La revuelta de los policías no es la enfermedad, es el síntoma, es la fiebre que devela un mal mucho más peligroso y letal. La supresión de la libertad de prensa y la concentración de la información, su dosificación, manipulación, tamizado y diseño por el Gobierno es otro síntoma que apunta en esa dirección.

La enfermedad que ha comenzado a corroer a la sociedad ecuatoriana no es otra que la del totalitarismo. Los hechos del jueves último, si seguimos por donde nos llevan, serán sólo un prefacio de lo que pudiera venir más pronto que tarde. Tratando de cambiar al país, a la sociedad, se ha lastimado innecesariamente a demasiadas personas y sectores, que ahora tienen hambre y sed de justicia.

Fuente: Editorial del diario La Hora de Quito

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

 
Libardo Buitrago / Blog © 2013 | Designed by RA