lunes, octubre 04, 2010

El voto castigo fue protagonista

Hace un mes todas las encuestas vaticinaban un triunfo de Dilma Rousseff (PT) en la primera vuelta. Sin embargo, algo sucedió y el resultado fue otro. La clave parece estar en los hechos que se sucedieron en el mes de septiembre.

A inicios del mes pasado, Rousseff alcanzó los 50 puntos y José Serra (PSDB) se estancó en torno a los 27, luego de su lenta agonía que comenzó en el mes de mayo. A un mes de la elección, el escenario parecía inmutable: el "voto Lula" ?variable que explicó que su candidata haya logrado 20 puntos en seis meses? estaba a la orden del día, y ni Serra ni Marina Silva (PV) daban señales de descifrar cómo oponerse al mandatario más popular de la historia brasileña.

Pero como la política es una sucesión de imponderables, en ese contexto pasó lo imprevisible: una sistemática sucesión de escándalos políticos vinculados al gobierno de Lula perjudicaron a su candidata. El primero fue un hecho sumamente grave pero de difícil comprensión para la mayoría del electorado: la quiebra del sigilo fiscal de Verónica Serra, la hija del candidato opositor, por personas vinculadas al PT. Ello fue inmediatamente seguido del escándalo de Erenice Guerra, la flamante jefe de gabinete de Lula y mano derecha de Rousseff, en un escándalo que incluye la utilización del poder e influencia para hacer negocios privados.

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