martes, noviembre 30, 2010

Pakistán presta apoyo encubierto a redes del terrorismo internacional



Los papeles secretos de la diplomacia norteamericana sobre Pakistán descubren un escenario escalofriante. Los documentos revelan los temores de Washington con todo lo relacionado con la seguridad de las instalaciones atómicas paquistaníes, donde trabajan más 120.000 personas, su "frustración" por la creciente falta de cooperación de Islamabad en temas de no proliferación y su alarma por la utilización por parte de los militares y los servicios secretos paquistaníes de "los grupos terroristas como herramientas de la política exterior". Para colmo, debido a la rivalidad histórica con India, Pakistán sigue incrementado su arsenal nuclear.

La embajadora de EE UU en Islambad, Anne W. Patterson, resume esta inquietud en un informe destinado al enviado especial del presidente Obama para Afganistán y Pakistán, el diplomático Richard Holbrooke, fechado en febrero del año pasado (cable 190330). "Nuestra mayor preocupación", escribe, "no es que un grupo islamista robe una bomba sino más bien la posibilidad de que alguien que trabaje en las instalaciones del Gobierno de Pakistán pudiera gradualmente sacar clandestinamente suficiente material para fabricar una bomba".

Meses más tarde, en junio, en otro informe ante la visita a Islamabad del entonces consejero de Seguridad Nacional, general James Jones, la diplomática enumera las causas de esa preocupación (cable 213170): "La proximidad de algunas instalaciones nucleares a territorio bajo ataque talibán, la rumoreada dispersión de los materiales nucleares de Pakistán y la vulnerabilidad del transporte de armas y materiales atómicos".

Esos riesgos son expresados con mucha mayor crudeza por especialistas rusos en una reunión con sus homólogos estadounidenses celebrada en diciembre y recogidos en un informe de la Secretaría de Estado a finales de febrero de este año (cable 250573). Tras señalar a sus colegas que además de Irán y Corea del Norte hay otra grave amenaza que debe ser discutida -Pakistán-, el experto Yuri Korolev, del Ministerio de Exteriores ruso, afirma: "Hay entre 120.000 y 130.000 personas directamente implicadas en los programas nucleares o de misiles de Pakistán, trabajando en sus instalaciones o protegiéndolas. Sin embargo, no hay manera de garantizar que todos ellos sean leales y fiables al 100%".


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