La convocatoria a una huelga general indefinida por parte del autotransporte desde las cero horas de hoy fue, hasta ayer, la reacción más contundente al “gasolinazo” (decreto 748) del Gobierno de Evo Morales que aumenta el precio del litro de gasolina de 3,74 a 6,47 bolivianos (72 por ciento) y del diésel de 3,72 a 6,80 bolivianos (82 por ciento) y de otros siete combustibles.
El secretario general de la Central Obrera Boliviana (COB), Felipe Machaca, dijo que el Gobierno se “desenmascaró” con la medida. El sector del magisterio anunció una asamblea consultiva para hoy con el objetivo de definir acciones de rechazo y el presidente de la Confederación de Panificadores, Juan Carlos Apaza, advirtió con un incremento en el precio del pan.
Por su parte, el presidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), Mauricio Roca, y el titular de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), Demetrio Pérez, si bien criticaron la medida, indicaron que hoy evaluarán la misma para adoptar determinaciones.
La Confederación de Empresarios Privados de Bolivia admitió que habrá “un reacomodo de todo lo que significa costos de producción, costos de distribución, embarque y todo aquello”. Sin embargo, el presidente de esta institución, Daniel Sánchez, aseguró que hoy tomarán una determinación oficial.
El Gobierno del presidente Evo Morales decretó el incremento en el precio de la gasolina, diésel, jet fuel y los derivados del petróleo, carburantes que estuvieron congelados desde hace un poco más de siete años. El Ejecutivo decidió, no obstante, mantener congelado el costo del gas licuado de petróleo (GLP) en 22 bolivianos, y del gas licuado vehicular (GLV).
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