Las calles de El Cairo fueron escenario el miércoles de nuevos enfrentamientos entre quienes defienden un cambio que todavía está por definir y quienes se aferran a un sistema político que permaneció casi inmutable en los últimos 30 años en Egipto.
Las manifestaciones del miércoles dejaron al menos un muerto y cientos de heridos, según informes oficiales.
Un día antes, el presidente, Hosni Mubarak, había prometido abandonar el poder tras las próximas elecciones, previstas para septiembre de 2011. Un plazo de ocho meses que, para muchos de los manifestantes, es demasiado largo. "Creo que este régimen no quiere escuchar al pueblo, no quiere entender se tienen que ir. Los egipcios quieren que Mubarak se vaya y que lo haga inmediatamente, antes de que el país se vaya por el desagüe", aseguró a la BBC el premio Nobel de la Paz Mohamed el Baradei, uno de los principales dirigentes de la oposición.
También el grupo islamista de los Hermanos Musulmanes –la mayor fuerza opositora- manifestó que Mubarak "no tiene otra alternativa" que abandonar el gobierno.
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