Los rebeldes han reclamado la ayuda de Occidente para enfrentar los bombardeos de las tropas de Khadafy y el gobierno de Barack Obama enfrenta una creciente presión en Estados Unidos para que se declare una zona de exclusión aérea sobre Libia o incluso adopte una postura más agresiva para asistir a los revolucionarios.
El secretario de Defensa, Robert Gates, y los jefes militares han advertido sobre el impacto político que tendría otro ataque de Estados Unidos contra una nación musulmana, aunque sea para apoyar una revuelta popular. De manera que los planificadores militares del Pentágono están ofreciendo un amplio abanico de opciones posibles, dependiendo de cómo se desarrollen los acontecimientos en Libia y del grado de dureza que quieran adoptar Estados Unidos y sus aliados.
Sin un solo disparo, una operación relativamente pasiva que emplee un avión para obstruir las señales en el espacio aéreo internacional podría estorbar la comunicación del gobierno libio con sus unidades militares. Funcionarios de la administración Obama dijeron que los preparativos para esa operación ya estaban en marcha.
La fuerza militar que recientemente se acercó a distancia de ataque de Trípoli es la Unidad Expedicionaria de Marines 26, a bordo de dos barcos de asalto anfibios, el Kearsage y el Ponce. La unidad abastece una fuerza completa por aire, mar y tierra que puede hacer sentir su poder a cientos de kilómetros, ya sea desde los barcos portaaviones del Mediterráneo o por medio de una pequeña cabeza de playa en tierra. Esta fuerza cuenta con aviones de guerra Harrier de despegue vertical, que no sólo son capaces de bombardear, ametrallar y entablar combate aéreo, sino también llevar cámaras de vigilancia para monitorear las acciones militares dentro de Libia. Además, cuenta con helicópteros de combate, aeronaves de transporte, botes de desembarco y alrededor de 400 marines.
No todas las opciones requerirían semejante capacidad destructiva. Helicópteros de la misma Unidad Expedicionaria de marines, por ejemplo, fueron enviados como ayuda después de las catastróficas inundaciones de Paquistán.
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