jueves, julio 21, 2011

Un país que es más corrupto de lo que cree

A los británicos les encanta sermonear al mundo sobre la integridad y el imperio de la ley, pero el escándalo de las escuchas telefónicas de News of the World dejó al desnudo una red entre el dinero, el poder, los medios y la policía.

Lejos de ser la recta democracia que define su autoimagen, Inglaterra muestra hoy un costado sórdido que los que combaten la corrupción dicen que está empeorando y podría llegar a ser políticamente explosivo a medida que la desigualdad crece en la sociedad debido a la crisis económica.

Tras una fachada de probidad, Londres ofrece un refugio para oligarcas y déspotas, un lugar donde los magnates mediáticos extranjeros han comprado acceso al gobierno e influencia sobre él.

El escándalo que invade el imperio mediático de Rupert Murdoch ya destruyó un periódico, les ha costado su cargo a dos oficiales de alto rango de la policía, provocó el arresto de poderosas figuras de los medios y puso en situación incómoda al primer ministro y a la elite política.

Pero indica un problema mayor en la sociedad británica? el de relaciones íntimas entre elites, que son éticamente peligrosas, aun cuando no involucren actividades claramente delictivas. Algunos de los más importantes defensores de la transparencia en el mundo dicen que el escándalo de las escuchas telefónicas es un ejemplo de los vínculos poco saludables entre el poder y el dinero.

"Durante algún tiempo existe una influencia indebida de los poderosos intereses privados sobre los gobiernos y la política pública de Inglaterra", dijo Daniel Kaufmann, del Brookings Institute de Washington.

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