domingo, agosto 21, 2011

El regreso de Chávez

Tras su segunda sesión de quimioterapia en Cuba, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, retornó a Caracas desplegando su batería política y populista.

En menos de una semana, el mandatario atacó a Estados Unidos y a la oposición, anunció más nacionalizaciones, reveló una nueva compra de armamento ruso, reafirmó la unidad de las Fuerzas Armadas y denunció supuestas conspiraciones para acabar con su gobierno.

Con muestras visibles en el rostro y el cuerpo de su actual lucha contra el cáncer, tomó dos polémicas decisiones económicas, cuyas consecuencias aún no se pueden predecir. En primer lugar anunció que se encontraba casi listo un decreto de nacionalización de la industria del oro en su país.

En medio de una puja entre el régimen bolivariano y las empresas explotadoras del preciado metal por la cuota de exportación, Caracas asumirá el control de su extracción y procesamiento.

De acuerdo con declaraciones oficiales, el Palacio de Miraflores buscaría usar el mineral, cuyos precios internacionales rompen registros históricos, para robustecer las reservas internacionales del país. En esa misma dirección transita la segunda decisión de la semana: la repatriación de unos 11.000 millones de dólares en oro depositados en bancos del extranjero.

El gobierno vecino evalúa, asimismo, el traslado de otros 6.000 millones de dólares en reservas en efectivo y bonos desde instituciones financieras de Estados Unidos y Europa a 'países amigos', como China, Rusia y Brasil, precisamente las naciones con las que el gobierno Chávez ha estrechado lazos económicos mediante abultados créditos y préstamos.

Para algunos analistas perspicaces, detrás de tales movimientos estaría el temor chavista de terminar como los regímenes libio y tunecino, cuyos recursos depositados en la banca internacional fueron congelados por decisión de Estados Unidos y los demás países ricos.

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De la macroeconomía y los lingotes dorados, el 'nuevo mejor amigo' pasó a las armas. Venezuela recibirá un crédito de 4.000 millones de dólares de los rusos para adquirir equipos de combate y defensa militar. Desde el 2005, Chávez le ha comprado a Moscú 5.000 millones de dólares en tanques y aviones. Este regreso a la carrera armamentista no puede pasar inadvertido en Colombia. Si bien el presidente Juan Manuel Santos elogió en Buenos Aires a su homólogo venezolano como un "factor de estabilidad", no sobraría que la cancillería colombiana sopesara los efectos que el cáncer del gobernante y las elecciones del 2012 tendrán sobre las políticas de acercamiento entre ambas naciones.

La combinación de enfermedad y comicios es la más probable responsable de la energía con la que regresó Chávez de su tratamiento en La Habana. Desde que se confirmó su estado de salud a finales de junio, se han despertado dudas sobre si el 'hombre fuerte' de Caracas aguantará físicamente el trajín de una campaña presidencial. En otras palabras, los venezolanos, tanto sus seguidores como sus contradictores, empezaron a preguntarse, con justa razón, sobre cómo sería una Venezuela sin él.

El escenario es aún más explosivo si se tiene en cuenta que las fuerzas opositoras, reunidas en la Mesa de Unidad Democrática (MUD), se aprestan a elegir en las primarias de febrero próximo un candidato único. No causó sorpresa, entonces, que los bríos chavistas se hayan enfocado en atacar a la MUD. "Una amenaza para la paz", la calificó el mandatario la semana pasada.

A lo anterior cabe añadir que la situación social sigue deteriorándose. Con una de las tasas de inflación más altas del mundo, la 'revolución socialista del siglo XXI' ha sido incapaz de traducir la riqueza del petróleo en calidad de vida para sus habitantes.

A pesar de la aprobación de leyes a favor de "precios justos", elementos básicos de la canasta familiar como el aceite de cocina, la carne, la leche en polvo y el azúcar continúan escaseando. Y el hacinamiento carcelario, un creciente déficit de vivienda popular y la inseguridad rampante, entre otras problemáticas, no son abordados eficientemente por las autoridades venezolanas.

Por otra parte, la intensificación de la violencia urbana es inocultable. Los homicidios, los robos y los secuestros están a la orden del día, mientras el crimen organizado controla el microtráfico de drogas con ayuda de fuerzas policiales capturadas por la corrupción y el abuso. Cada media hora una persona es asesinada.

Un reciente reporte del International Crisis Group enciende alarmas sobre un arraigo de violencia de tal magnitud que podría desestabilizar al país después de las elecciones del 2012.

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A pesar de esos indicadores y 12 años seguidos en el poder, las encuestas le dan a Hugo Chávez una favorabilidad que supera el 50 por ciento. Guarismo que lo mantiene aún como el favorito para otro período como presidente de Venezuela. Por ahora, el único enemigo capaz de minar su poder es la enfermedad contra la que lucha. Los bríos que marcaron su retorno buscan enviar un mensaje de fuerza y energía y alejarlo de la convalecencia.

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