El líder cubano en una de sus últimas entrevistas para Cubavisión. AP
Pese a mantener un bajo perfil público, por sus escasas apariciones, preserva las loas estatales. "Yo no soy comunista. Mi ideología política es bien clara. Nosotros, antes que nada, sentimos los intereses de la patria y de nuestra América". Fidel Castro fue tajante en enero de 1959, cuando le pidieron definiciones al vencedor de Fulgencio Batista. La Guerra Fría y el enfrentamiento con los Estados Unidos llevaron sin embargo a abrazar otras banderas al hombre que hoy, a los 85 años, alejado desde el 2006 de la presidencia, debe observar --no sin cierta perplejidad silenciosa-- como, otra vez, Cuba cambia y navega sin puerto seguro a la vista.
Fidel mantiene un bajo perfil público. Su exposición es ocasional. Con su hermano Raúl ocupándose de la jefatura de Estado, el mayor de los Castro preserva no obstante el monopolio de las loas estatales.
El hombre que se ha encomendado a la historia para que juzgue finalmente la validez de sus propósitos y conductas, fue objeto de una celebración llamada `Serenata de la Fidelidad¿, de la que participaron artistas cubanos y latinoamericanos. "No es solo un homenaje a un ser humano que reúne muchas virtudes y valores, es fundamentalmente un acto de gratitud, de reconocimiento, al líder victorioso... ", se ha explicado oficialmente sobre el concierto de tres horas y media que tuvo lugar en el Teatro Carlos Marx de La Habana.
"El amor alcanzó la autenticidad de la poesía en la velada que, a la espera de este 13 de agosto, le hicieran cantores del continente, convocados por la Fundación Guayasamín, a Cuba y su Fidel", dijo en tono reverencial Juventud Rebelde.
La exposición 'Caballero del Alba', reúne pinturas y fotografías alusivas a su figura. "Fidel, soldado de las ideas", lo ha recordado Granma, el diario oficial del Partido Comunista. Las acciones ya pertenecen a otros que lo invocan pero, en los hechos, lo refutan.
La isla es, en especial desde su dimisión, el laboratorio de reformas que están demoliendo el edificio construido por Fidel, especialmente a partir de 1961, cuando se proclamó el "carácter socialista" de la Revolución. El Estado debe prescindir de 500.000 empleados públicos mientras reformula su política fiscal y amplía los márgenes del mercado interno, dandole cabida a los pequeños emprendedores. A la par, y de manera muy sigilosa, se va revisando la historia de los últimos 50 años. Un reciente libro sobre Guillermo Gabrera Infante, uno de los grandes adversarios intelectuales de los Castro, saldrá a la venta en una semana en la isla.
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