La OTAN coopera con los rebeldes libios en la búsqueda del dictador Muamar el Gadafi y de otros miembros del régimen a través de "servicios secretos y herramientas de reconocimiento", según ha asegurado esta mañana el ministro de Defensa británico, Liam Fox, en una entrevista en la cadena británica Sky News. Los rebeldes han ofrecido una recompensa para la cabeza del coronel y la promesa de amnistía para cualquiera de sus colaboradores que ponga fin a su vida.
"Puedo confirmar que estamos colaborando con el CNT para localizar a Gadafi y otros miembros del régimen", ha afirmado el ministro a Sky News, pero "no podemos especificar qué clase de fuerzas especiales será empleada". El diario The Daily Telegraph sostiene que los miembros de las fuerzas aéreas especiales británicas (SAS) ya se han desplazado a Libia desde hace unas semanas y que se confunden con los rebeldes, llevando su misma ropa y armas. Sin embargo, Fox desmiente la noticia y destaca que el Gobierno "no tiene ningún plan para el envío de las SAS".
Los sublevados siguen luchando para tomar el control de las últimas bolsas de resistencia de la capital, mientras intentan avanzar hacia Sirte, ciudad natal del dictador libio y bastión de los gadafistas. Anoche los rebeldes se hicieron con el mando de la zona del hotel Rixos, donde ayer fueron liberados 35 periodistas extranjeros, tras un asedio de seis días por parte de los leales al régimen.
Convertido en fugitivo, con una recompensa sobre su cabeza de 1,7 millones de dólares, Muamar el Gadafi, tal como había prometido, no se rinde. A poco más de un mes del 42º aniversario del golpe de Estado que le aupó al poder, el dictador aseguró que su huida anteayer de Bab el Azizia, su fortaleza en la caótica Trípoli, es solo un movimiento "táctico" e hizo un llamamiento a sus fieles en la capital a combatir por la victoria o el martirio.
Le persiguen con empeño los rebeldes, convencidos de que se esconde en Trípoli, donde el tableteo de las ametralladoras, el zumbido de cohetes y lanzagranadas y algún bombardeo de la OTAN se escucharon durante todo el día. Las columnas de humo ennegrecieron el cielo. En Bengasi, capital de los sublevados, crece la consigna de que hay que conquistar Sirte, ciudad natal del dictador, para evitar la contraofensiva, según informa Álvaro de Cózar.
Los insurrectos deben combatir en varios frentes, aunque contra un enemigo que progresivamente se debilita. Los alzados en Misrata, experimentados en la guerrilla urbana tras sufrir meses de asedio, encabezaron el asalto a Bab el Azizia; los de Yefren, originarios de las montañas del oeste, defienden algún barrio de la capital; la base gadafista en Zuara, cerca de la frontera tunecina, cayó ayer por la tarde en manos insurrectas, y también avanzan en el este del país sin prisa pero sin pausa, camino de Sirte, la ciudad donde Gadafi nació y donde cuenta con muchos partidarios de su tribu. Pero la clave es Trípoli. Y aunque Abdulhamid Taleb dice ser uno de los comandantes guerrilleros en esta ciudad de dos millones de habitantes, se observan escenas similares a las que se vivían en Cirenaica en el mes de marzo. Pocos obedecen órdenes y las camionetas dotadas de ametralladoras, o no, parten a la lucha cuando creen conveniente. Uno de esos grupos se ha trasladado durante la madrugada al hotel Corinthia, en el centro de la ciudad, al sospechar que allí podría estar alojado Saadi, el hijo futbolista de Gadafi, informa Reuters.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario