Los escándalos de corrupción en Brasil siguen demoliendo el gabinete de Dilma Rousseff. Ahora le tocó el turno al ministro de Turismo, Pedro Novais, quien ayer renunció. Esta es la quinta baja que sufre en tres meses el equipo de la mandataria, cuatro de ellas bajo acusaciones de maniobras fraudulentas con dinero del Estado.
La salida de Novais se da tras una investigación del diario Folha de Sao Paulo donde denuncia que desvió dinero del Congreso para pagar a una empleada doméstica, y que la mujer del ministro tiene como chofer a un empleado cuyo salario también proviene del presupuesto del Parlamento.
Con respecto al primer caso, el diario paulista explica que Doralice Bento de Sousa –de 49 años– recibió salario como secretaria parlamentaria en la Cámara de Diputados entre 2003 y 2010, período en el que Novais era diputado, pero que en realidad no cumplía ninguna función en la sede del Congreso. Por el contrario, sostiene, realizaba tareas hogareñas en la casa del entonces legislador.
El ministerio de Turismo salió a desmentir esta información a través de un comunicado. Allí argumentaba que Doralice trabajó “dando apoyo administrativo al diputado y a otros funcionarios”. Y agrega que en mayo de este año De Sousa pasó a ser funcionaria de una empresa tercerizada, proveedora de mano de obra de esa Cartera.
El otro hecho tiene que ver con el chofer de la esposa del ministro.
Folha asegura que el trabajador cobraba su sueldo como empleado del Congreso, pero que en realidad se encargaba de llevar de compras a la mujer de Novais. “El servidor, Adán Pereira dos Santos, está día y noche a disposición de la esposa del ministro, María Helena de Melo, de 65 años, quien no es una funcionaria jubilada y tampoco trabaja en el Congreso”, sostiene el diario. Inclusive publica una foto en donde se ve a la mujer y al chofer en un paseo de Brasilia comprando chocolate fino.
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