Cristina Fernández en un acto en diciembre de 2010. - Efe Agencia
A pocas semanas de las elecciones presidenciales argentinas, la gran favorita, la mandataria Cristina Fernández, crece en las encuestas con una imagen de moderación y sobriedad acentuada por un riguroso luto que, según los expertos, favorece tanto su apariencia como su estrategia política.
Muy lejos queda la candidata que en 2007 aspiraba a sustituir a su esposo, Néstor Kirchner, en la Presidencia y dejaba que él se ocupara de negociar apoyos con las "familias" peronistas. Vestida con colores claros y alegres, llamativos complementos, zapatos de tacón de aguja y muy maquillada, Fernández quería convertirse en la primera mujer presidenta elegida en las urnas en Argentina y lo logró.
Cuatro años después, a punto de cumplirse el primer aniversario de la muerte de Néstor Kirchner, el próximo 27 de octubre, Fernández guarda un escrupuloso luto y ha cambiado el tono agresivo de sus intervenciones por discursos conciliadores y llamados al diálogo. Paralelamente, ha ganado poder dentro de la estructura de su partido.
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