Disciplina presupuestaria, reforma financiera y reforma laboral. Son los tres ámbitos de actuación que ha anunciado el presidente electo, Mariano Rajoy, en su debate de investidura. "La disciplina presupuestaria es crucial" y "la reforma de la Constitución es, a su juicio parte del camino ya andado. Pero ahora debemos ir más allá: La ley de estabilidad presupuestaria será la primera medida" que tome el nuevo Ejecutivo del PP. En segundo lugar, la recuperación del crédito a través de la reforma financiera: "No será posible la recuperación del crédito sin el sanemiento del sector financiero", ha advertido. Y en tercer lugar, reducir costes a través de un paquete de reformas para la función pública, basado en la premisa 'una competencia, una administración', algo que a los nacionalistas les ha sonado a recentralización.
Rajoy ha puesto especial énfasis en la necesidad de ahorrar 16.500 millones de euros para cumplir el objetivo de déficit. Basándose en los datos del anterior Ejecutivo, que indican que la cifra se eleva a 65.000 millones de euros, "cifra que puede verse superada aunque ojalá no", el presidente electo ha señalado que es necesario ahorrar. "Este es el objetivo y este es el compromiso que hemos adoptado".
El líder del PP ha resumido sus primeros pasos al frente del nuevo Ejecutivo. La tarea no va a ser fácil y exige un gran acuerdo para la recuperación nacional. Y aquí el Gobierno tiene la intención de redimensionar el sector público: "elevar a cero a la renovación de puestos" de trabajo en la función pública, "iniciar un proceso de simplificación y reducción de los gastos de la administración", gastos de alquileres, racionalización de medios, etc.
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