afp
Mohamed Merah ha muerto abatido por la policía de élite tras un violentísimo intercambio de disparos con el comando antiterrorista, que lanzó esta mañana, tras 31 horas de asedio, el asalto contra el inmueble donde se encontraba atrincherado el presunto asesino de tres soldados, tres niños y un rabino.
La intervención se dio, finalmente, tras un muy lento proceso de aproximación policial. Tras perder el contacto con Merah durante la noche, las fuerzas del orden comenzaron a penetrar en el edificio por su parte trasera, avanzando con precaución extrema. Centímetro a centímetro, metro a metro, el comando fue volando sistemáticamente puertas y paredes, lanzando sobre el suelo pequeños robots con cámaras fotográficas.
Fueron estos robots quienes detectaron, los primeros, una «presencia humana», al fondo del apartamento, en un cuarto de baño. Hacia las once de la mañana se aceleraron las explosiones, que culminaron con violentísimos intercambios de disparos. Tras las deflagraciones, reinó el silencio.
El cuerpo de elite de la policía francesa, el RAID, había asediado con explosivos durante la noche la vivienda, en la primera planta de un edifico de cinco pisos localizado en una zona residencial de Toulouse, que había sido evacuada y en la que se había cortado el alumbrado eléctrico y el abastecimiento de gas. Se trataba de una maniobra para «aumentar la presión» sobre el individuo y lograr que se entregara, informaron las autoridades.
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