Benedicto XVI volvió ayer a hacer soplar vientos de "primavera cubana", al hablar de "renovación" para la isla comunista y pedir por sus presos y por los que viven separados de sus familias, como los dos millones de cubanos que debieron exiliarse y viven fuera de Cuba. Pero el gobierno cubano reiteró que no habrá cambios políticos.
"En Cuba no va a haber una reforma política. En Cuba estamos hablando de la actualización del modelo económico cubano, que haga nuestro socialismo sustentable", dijo Marino Murillo, vicepresidente del Consejo de Ministros y supervisor de los cambios económicos oficiales, en una conferencia de prensa en esta capital.
El Papa habló de renovación y pidió por los presos políticos al peregrinar por la mañana hasta el santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba, para rendirle tributo a 400 años de su hallazgo.
"He confiado a la madre de Dios el futuro de su patria, avanzando por caminos de renovación y esperanza, para el mayor bien de todos los cubanos. He suplicado a la Virgen Santísima por las necesidades de los que sufren, de los que están privados de libertad, separados de sus seres queridos o pasan por graves momentos de dificultad", dijo el Papa, al saludar a un centenar de fieles en este lugar, a 20 kilómetros de Santiago de Cuba.
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