El Fondo duplica la caída del PIB estimada para 2013, hasta el -1,2%
“Las nuevas medidas tendrán un impacto significativo en el crecimiento”, aduce
Recomienda volver a subir el IVA para cumplir el objetivo de déficit en 2014
El nuevo pronóstico empuja a otra revisión del Gobierno, que vaticinaba un -0,5% para 2013
Los expertos del FMI animan a usar con las comunidades el "palo” de la intervención
En las economías que flirtean con la intervención exterior, las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional
(FMI), piloto oficial en estas operaciones de rescate, tienden a
convertirse en ley. Es lo que enseña la historia económica más reciente.
Es lo que asumió el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, cuando
subrayó, hace una semana,
que las nuevas previsiones económicas del Gobierno “se parecen mucho a
las que ha suministrado el FMI”. El Ejecutivo español empeoró entonces
su pronóstico para alargar la recesión a 2013, con una caída del PIB del
0,5%, apenas una décima menos que lo vaticinado por el Fondo. Si hay
que hacer caso a las palabras de Montoro, el Gobierno debería volver a
rectificar sus cuentas. Porque eso es lo que acaba de hacer el FMI. Y no
para bien: duplica la caída estimada en el PIB de 2013, hasta situarla
en el -1,2%.
“Las nuevas medidas de consolidación fiscal tendrán un impacto
significativo en el crecimiento, sobre todo en 2013”, aducen los
expertos del Fondo, en un análisis complementario al informe anual sobre
España, que adelantó a mediados de junio.
El efecto de esas medidas este año será más limitado, aunque también
acentúa la caída del PIB (del -1,5% al -1,7%) sobre lo vaticinado por el
FMI hace apenas 15 días. En aquellas previsiones sobre la economía
mundial, los técnicos del Fondo avisaron de que no habían incluido el
efecto de los nuevos ajustes que anunció Rajoy el 11 de julio al
pronosticar un -0,6% para España en 2013. Que es lo que acaban de hacer
ahora al endurecer su pronóstico de recesión. El Gobierno, sin embargo,
mantuvo que sí había incorporado el impacto en sus cálculos, aunque
Montoro rehuyó aclarar cómo eso era compatible con mantener casi intacta
la previsión del FMI, que lo había dejado fuera.
Las medidas de consolidación fiscal que llevan al FMI a rebajar sus
previsiones son otra demostración de la influencia creciente del Fondo,
al alimón con Bruselas, en la política económica española. En el
adelanto del informe anual sobre España, el FMI, cuyos técnicos
estuvieron en España durante la primera quincena de junio, recomendaba
al Gobierno que subiera el IVA, bajara el sueldo de los empleados
públicos y eliminara la deducción por vivienda. “De momento, no”, dijo
Rajoy un día después de que se publicara aquel adelanto. El 11 de julio dijo sí a todo.
En algunas cosas, como la rebaja de cotizaciones sociales a partir de
2013, fue incluso más allá que el Fondo, que aconsejaba esperar algo
más.
Los expertos del Fondo no solo aplauden los nuevos recortes —"están
muy bien escogidas para minimizar el impacto en el crecimiento", en
opinión del responsable del FMI para España, Jean Daniel—, sino que
también valoran algunas otras de las decisiones que se han concentrado
en un mes muy intenso. Así, destacan que la negociación de Bruselas y el
Gobierno español para establecer una senda de ajuste fiscal menos
exigente (se retrasó a 2014 el objetivo de bajar el déficit del 3% del
PIB) reproduce casi, de forma milimétrica, sus recomendaciones. Y que
las condiciones a la banca establecidas en el memorandum del rescate al
sector financiero español por el Eurogrupo se ajustan como un guante a
sus propuestas. El FMI no duda en avalar la nueva estrategia del
Gobierno respecto al sector –intervención multimillonaria en Bankia, incluida-, al culpar al enfoque “gradual” del Banco de España de que entidades débiles hayan seguido operando.
El grado de cumplimiento de las recomendaciones del Fondo en el
último mes es tal, que buena parte del informe anual, aprobado el 9 de
julio, ha quedado desfasado. Eso sí, los expertos del Fondo advierten
que, aunque las nuevas medidas ayudarán a reducir el déficit hasta
niveles “cercanos a los objetivos” en 2012 y 2013, se necesitarán “más
medidas” para alcanzar la meta en 2014, año para el que pronostica un
déficit del 3,6%, frente al 2,8% pactado. “Por ejemplo, en el IVA”,
añade, abriendo la puerta a nuevas subidas más allá del 21% que se
aplicará a partir de septiembre.
Tampoco tiene empacho en recomendar al Gobierno que en su estrategia
de “palos” y “zanahorias” con las comunidades es necesario “usar más los
palos”, en referencia a las opciones que da la nueva ley de Estabilidad
para evitar el desvío del déficit autonómico, responsable de dos
terceras partes del desfase de las cuentas públicas españolas en 2011.
El Fondo no se anda con chiquitas: “Las medidas más contundentes, como
imponer las recomendaciones de una delegación de expertos y poner a la
región bajo la administración nacional, deberían ser aplicadas tan
pronto como las leyes lo permitan”. Habrá que ver hasta que punto el
Ejecutivo atiende este consejo.
En cuanto al impacto que tendrá el fondo de liquidez para las
comunidades, el propia Daniel señala que no afecta al montante total de
la deuda del Estado. "Que el dinero vaya a una región o un banco no
afecta a la deuda", ha declarado.
El Fondo recuerda al Gobierno algunos de los deberes pendientes, como
la creación un consejo de expertos independientes sobre política
fiscal. Y la elaboración de un presupuesto multianual, algo que también
le exigen las autoridades europeas.
En cuanto al desempleo, advierte de que esá en niveles
"inaceptablemente altos", especialmente para los jóvenes, por lo que
advierten de que la situación del mercado laboral es "muy preocupante".
En opinión de los técnicos del organismo, la reforma laboral que entró
en vigor en febrero "es potencialmente bastante fuerte, pero llevará
tiempo que tenga efecto, sobre todo cuando se aplica en plena caída del
crecimiento". Por este motivo, abogan por centrar los esfuerzos en
mitigar el deterioro en lugar de buscar importantes incrementos en la
creación de empleo. Para Daniel, sin embargo, "es prematuro hablar de
otra reforma laboral".
Fuente: diario EL MUNDO DE ESPAÑA
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