Ni un momento de respiro. Tras la nefasta jornada del viernes, cuando una improvisada pero no inesperada petición de rescate de la Comunidad Valenciana con los mercados abiertos disparó las alarmas, la presión contra España y, por extensión, sobre Italia, continúa y marca nuevos máximos ante la incertidumbre de si necesitarán un rescate integral de sus economías. Con las dudas de los mercados sobre estos países, dos de los grandes del euro, disparadas, la prima de riesgo que exigen los inversores por los bonos españoles a diez años en relación con los alemanes ha tocado por primera vez en la era euro los 642 puntos básicos (6,42 puntos porcentuales), aunque luego ha moderado el avance al entorno de los 635 puntos. La rentabilidad de estos títulos, por su parte, ha rebasado el 7,5%, un nivel desconocido desde 1996. El viernes, el riesgo país acabó la semana en 610 puntos, algo inédito en la base de datos de la agencia de información económica Bloomberg, que arranca en 1993.
Para el Gobierno, la situación muestra la "irracionalidad" de los mercados, según ha señalado el ministro de Economía, Luis de Guindos, al inicio de su intervención en el Congreso. "Los mercados sobrerreaccionan", ha añadido antes de destacar que, en esos momentos, hay que modular sus oscilaciones. Guindos, preguntado por los periodistas, ha añadido que "por supuesto" descarta una intervención del conjunto del Estado.
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